
4 razones para ir al psicólogo
4 razones para ir al psicólogo
1. Aprender a detectar distorsiones cognitivas
Conocer qué son las distorsiones cognitivas es una de las grandes razones para ir al psicólogo. En muchas ocasiones, cuando esperemos a que alguien llegue a casa y tarda más de lo normal, solemos ponernos en lo peor: «¿y si ha tenido un accidente?», «¿y si le ha pasado algo malo?». Sin embargo, es importante saber que ponerse en lo peor no tiene porque ser lo normal, sino que se trata de una distorsión cognitiva. Quizá la persona que esperamos esté en un atasco, se ha quedado dormido o cualquier otra razón sin importancia.
Si, poco a poco, empezamos a controlar este tipo de distorsiones, nos daremos cuenta que nuestra forma de pensar ha podido ser más bien disfuncional. De este modo, aprenderemos a cambiar nuestra forma de ver las cosas de un modo más adaptativo, es decir, sin que nos cause tanto sufrimiento. En este punto, es importante señalar que solemos creer que nuestra forma de pensar es la «normal» y que no hay motivo para trabajar nuestros pensamientos. En este sentido, es importante que seamos sinceros y analicemos si realmente el modo de analizar las situaciones nos provoca más o menos malestar.
2. Hablar sin ser juzgado
Una razón por la que no solemos contar nuestros problemas a un amigo o a un familiar es para evitar ser juzgados. Escuchar frases como «¿para qué te metes en líos?», «si es que eres un desastre», «mira que te avisé», es lo que menos necesitamos escuchar. Cuando acudimos al psicólogo sabemos que no vamos a ser juzgados ni vamos a escuchar sentencias acusatorias.
3. Prepararnos para situaciones adversas
Cuando abordamos las distorsiones cognitivas pueden cambiar nuestra forma de analizar las situaciones. Aún así, podemos ir más allá. Todos conocemos situaciones que nos ponen especialmente nerviosos: una entrevista de trabajo, un examen, comunicar una noticia a un familiar, tomar una decisión… A través de la terapia psicológica también aprendemos cómo encarar estas situaciones que nos producen unos importantes niveles de ansiedad.
Algunos de los ejemplos más ilustrativos son las fobias y los duelos. En el caso de las fobias, muchas personas rechazan, por ejemplo, el uso del coche porque padecen amaxobia. Así pues, a través de la psicoterapia tendremos una nueva oportunidad para enfrentarnos al hecho de conducir y trabajar para que podamos lograrlo. Por otro lado, los duelos suelen ser situaciones que en muchas ocasiones requieren de terapia psicológica. En el caso de un familiar con una enfermedad terminal podemos vernos superados por la situación, por lo que acudir a un psicólogo nos puede ayudar a sobrellevar la situación de la mejor manera posible.
4. Adicciones
Las adicciones son temas complejos, muy complejos. Adicciones a la cocaína, a los ansiolíticos, al alcohol, al tabaco, a las nuevas tecnologías, a la pornografía, al sexo, al cibersexo… La cantidad de adicciones puede ser grande y la dificultad del paciente para deshacerse de ellas enorme. Cuando una adicción invade nuestro día a día y lo distorsiona de tal forma que modificamos nuestras actividades cotidianas en favor de la adicción, podemos afirmar que necesitamos ayuda profesional.
Reflexión final
En esta lista aparecen 4 razones para ir al psicólogo, sin embargo, existen muchas más. El hecho de que una razón no aparezca en esta lista no significa que sea menos importante. Por ello, se invita al lector a acudir al psicólogo si considera que su salud psicológica no es la que debería ser. Muchas personas afirman que sienten tristeza continua, ganas de llorar y cansancio. En un caso así, quizá se descubra que el paciente puede tener distimia o una depresión.