
Amando mi soltería: no necesito la otra mitad
La soltería no es ausencia de amor, es libertad para amarte primero.
Vivimos en una sociedad que glorifica el amor romántico como la meta suprema de la felicidad. Desde cuentos de hadas hasta películas y canciones, el mensaje es claro: todos debemos encontrar nuestra “otra mitad” para sentirnos completos. Pero, ¿y si no estamos incompletos? ¿Y si la felicidad no depende de un anillo en el dedo o de una relación estable?
Cada vez más personas están desafiando esta creencia y eligen la soltería no como una imposición del destino, sino como una decisión consciente basada en el amor propio, la independencia y el deseo de vivir sin ataduras emocionales innecesarias. Para ellos, la soltería no es una fase de espera ni una señal de fracaso, sino una forma de vida que les permite explorar su identidad, crecer personalmente y disfrutar sin las expectativas que conlleva estar en pareja.
¿Qué es la soltería?
No necesito a alguien que me complete, sino a alguien que me acompañe sin restarme.
La soltería es un estado civil, pero también una elección de vida. Tradicionalmente, se ha entendido como la ausencia de una pareja sentimental, pero su significado va mucho más allá. Ser soltero no es solo estar sin compromiso romántico, sino también un espacio de autoconocimiento, independencia y crecimiento personal.
“Solos / Solas (singles). La expresión aplica a las personas sin pareja, y para algunos equivale a soltero”. (Orlandini, 2024, p. 255). El Diccionario de la Real Academia Española, define al soltero, ra.: como aquella “persona que no está casada, que está suelta o libre”. (Rae, 2001).
El concepto de soltería es polisémico: para algunos, la soltería es una etapa de cronicidad (temporal o permanente), de filiación (soltero o casado), de contexto (soltero por elección o debido a la condición de separación, viudez o divorcio), por ser un estilo de vida (ser soltero exitoso o ser soltero porque no encuentra pareja), por su interacción social (ser libre o por sentir que necesita una pareja y no la encuentra), por expectativas socioculturales (quedarse solo e infeliz o estar solo en la búsqueda de una pareja para ser feliz), como un problema social (estas soltero y socialmente deberías estas casado o con pareja), como proceso en el desarrollo humano (es una etapa o una consecuencia de la vida que se ha llevado), entre otras opciones más. Todo ello da como resultado una singularidad, en la experiencia de vivir la soltería.