Cómo ser más positivos

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1. Valora lo que tienes

Ser agradecido y saber dar valor a lo que nos rodea es clave para vivir una vida más optimista. Esto no quiere decir que no seamos ambiciosos, que no busquemos tener más (no solo material) y de mejor calidad, pero uno ha de creer que es capaz de conseguir aquello que se proponga, que es merecedor/a de todo aquello con lo que sueña, y una actitud positiva ante uno mismo y ante la vida nos va a dar esa posibilidad de creer que podemos.

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Saber valorar positivamente nuestra situación actual y dar gracias por ello es fundamental para empezar el día con buen pie, para sentirnos bien.

Una herramienta estupenda que yo misma he utilizado y que recomiendo sin pestañear es este diario llamado “The 5 minute journal”. Consiste en que cada mañana escribas aquello por lo que estás agradecido/a, afirmaciones positivas sobre ti mismo/a y motivos (por pequeños que sean, todo cuenta) por los que crees que hoy va a ser un buen día.

Esta pequeña acción que nos lleva tan solo 5 minutos, puede transformar tu vida, pues te ayudará a focalizar tus pensamientos en lo bueno, empezando el día con alegría y ganas.

2. La importancia de vivir aquí y ahora

Lo único que tenemos seguro en esta vida es el aquí y el ahora, y ser conscientes de ello es ganar en la vida.

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Pensamos que nos queda toda una vida por delante, que también les queda una vida por delante a las personas que queremos, pero ¿es así? ¿Quién lo sabe? ¿Quién te puede asegurar que mañana vas a estar aquí? Nadie puede, y saber que lo único real es el presente te permite valorar cada día como si fuera especial, te permite hacer las cosas hoy, te ayuda a dar lo mejor de ti. Todo eso conlleva sentirte mejor contigo mismo/a, lo que sin duda se traduce en una vida más positiva.

3. Eres la media de las 5 personas con las que pasas más tiempo

Esto es una realidad basada en que los seres humanos nos mimetizamos con aquello que nos rodea, especialmente con las personas. Tendemos a amoldarnos en cierta medida a las personas con las que pasamos más tiempo e inconscientemente adoptamos su forma de pensar, adquirimos un mismo estilo de vida y actitud ante ésta, etc.

Por eso es importante analizar a esas personas: ¿te aportan algo bueno? ¿Te ayudan a creer en ti mismo/a? ¿Se alegran cuando te pasan cosas buenas? Sé sincero/a con tus respuestas, al final tú y solo tú eres el beneficiado o damnificado de las relaciones que mantienes con los demás.

Es fundamental compartir nuestra vida con gente que nos inspire a mejor, con personas que nos aporten algo bueno (en el sentido que sea).

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4. ¿A quién sigues en Instagram?

Hoy en día las redes sociales forman parte de nuestro día a día, por eso también debemos vigilar a quién seguimos y analizarlos: ¿te aportan algo bueno? ¿Cómo te sientes después de ver sus vídeos o fotos?

Si te desanima ver lo “bien” que les va a otros en redes sociales o realidades “perfectamente” diseñadas, deja de seguir a esa persona.

¿Significa eso que no puedo seguir a gente que le vaya bien en la vida? No, todo lo contrario de hecho. Significa que tú eres dueño/a de la información que consumes a través de redes sociales, y por tanto responsable de ello. Lo mejor para tu salud mental es que sigas a personas que te motiven a mejorar, a crecer, que te aporten algo bueno y/o útil, personas que te hagan sentir bien. Evidentemente esto es relativo a cada uno, pero es común a todos que cuando vemos cosas que nos inspiran algo bueno, nos motivan a hacer las cosas mejor y esto, indudablemente, nos hace sentirnos bien y, una vez más, ver las cosas desde un punto de vista más optimista.

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5. ¿En qué inviertes tu energía?

Me gustaría compartir un fragmento de uno de mis libros de cabecera, “Los Cuatro Acuerdos” de Don Miguel Ruiz:

“Imagínate que te despiertas temprano por la mañana, rebosante de entusiasmo y energía ante un nuevo día. […] Entonces, mientras desayunas, tienes una fuerte discusión con tu pareja. Te enfureces, y gastas una gran parte de tu poder personal en la rabia que expresas. Tras la discusión, te sientes agotado/a, y lo único que quieres hacer es irte y echarte a llorar. […] Cada día nos despertamos con una determinada cantidad de energía mental, emocional y física que gastamos durante el día. Si permitimos que nuestras emociones consuman nuestra energía, no nos quedará ninguna para cambiar nuestra vida o para dársela a los demás.”

Por eso es tan importante invertir bien nuestra energía, en qué merece la pena gastarla y en qué no. Qué discusiones merece la pena tener y cuáles no.

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