
¿Cómo tratar con las quejas y las personas quejicas?
¿Por qué hay personas que se quejan constantemente?
El victimismo es, al fin y al cabo, un modo de afrontar lo que nos sucede. Todos nos hemos quejado de algo o alguien en más de una ocasión, eso totalmente normal, y por supuesto, ¡es humano!. Pero cuando se convierte en una forma de comunicación habitual, entonces hay algo más. Si utilizamos la queja asiduamente en nuestro patrón de comunicación, estamos diciendo a los otros que nuestra visión del mundo se caracteriza por estar asociada al pesimismo. Y una persona victimista tiende a ver la realidad siempre de forma negativa.
Con esta visión negativa del mundo, las personas victimistas crean una relación de constante desconfianza con las personas que los rodean lo que provoca que, a menudo, estas personas se sientan injustamente tratadas.
Asimismo, las quejas, cuando son muy persistentes y continuadas, forman parte de la vida de las personas victimistas, lo que puede degenerar en sentimientos como la ira, la rabia o el rencor lo que acaba dando lugar a una persona que se lamenta por todo y que puede mostrar incluso desprecio por otras personas.
Además, usar el victimismo es, para estas personas, una forma de manipular de los demás, ya que manipulan la realidad de forma que cuenten con la empatía y compasión de los que los rodean.
Cómo puede afectarte negativamente una persona victimista
Esta forma de ser, caracterizada por las quejas entorno a todo lo que pasa en la vida de las personas victimistas, puede derivar en un victimismo crónico e incluso agresivo en el que la persona crea un entorno de malestar constante.
Las personas victimistas buscan culpables de cada situación que ellos perciben como negativa y, para esto, usan distintas estrategias que es importante conocer para no ser manipulados sin darnos cuenta.
En primer lugar, una de las estrategias más usadas por las personas victimistas es la llamada retórica centrista. Esta consiste en hacer quedar a la otra persona como autoritaria y falta de empatía, mientras que ellos adoptan el usual rol de víctima.
Para conseguir esto los victimistas, en vez de aportar argumentos válidos, intentan descalificar cualquier acto o argumento llevado a cabo por la otra persona, haciendo que esta persona asuma inconscientemente el rol de atacante.
Igualmente, en caso de que una persona victimista se vea en una posición de inferioridad en una discusión, esta intentará salir de esta situación evitando en todo momento reconocer cualquier fallo por su parte.
Otra estrategia usada por los victimistas es el conocido chantaje emocional: estas personas detectan los puntos débiles de la gente con la que tratan, y usan estas debilidades para afianzarse en su rol de víctimas y situar a los demás en el rol de atacantes.
Características de las personas quejicas y victimistas
Las personas victimistas muestran una serie de rasgos de personalidad recurrentes. En líneas generales, se caracterizan por usar lamentos de forma constante y por tergiversar la realidad para así evitar sentimientos de culpa.
Una de los principales rasgos de estas personas es que usan las quejas como refuerzo, de modo que, para ellos, todo lo que sucede es culpa de los demás o de circunstancias ajenas a ellos, lo que los auto-exime de culpa ante cualquier situación.
Es esta falta de culpabilidad lo que los hace entrar en su rol de víctimas. Además, a menudo el victimismo se asocia con una necesidad de llamar la atención y un afán de protagonismo basados en los lamentos como refuerzo.