
El amor no debería sentirse como una jaula: las señales reveladoras de la codependencia y el vínculo traumático
Dependencia vs codependencia
Ser dependiente es, en esencia, lo contrario a ser independiente. Una persona dependiente necesita de otros para satisfacer determinadas necesidades. Estas necesidades varían en naturaleza y pueden generar una dependencia total (como en el caso de problemas graves de movilidad o enfermedades incapacitantes) o parcial (como la dependencia financiera). Algunas personas son emocionalmente dependientes y requieren apoyo emocional, compañía e interacción social para sentirse bien, mantener estabilidad y conservar un sentido de conexión. Dado que la dependencia puede ser tanto saludable como perjudicial, es importante distinguir:
- Dependencia saludable (o natural): Todos dependemos de otras personas en algún aspecto de nuestra vida. Los niños, por ejemplo, dependen de sus padres o cuidadores para cubrir necesidades básicas como alimentación, vivienda y seguridad, mientras que en una familia donde solo trabaja uno de los miembros, el otro puede depender económicamente de quien genera ingresos. Una crianza adecuada incluye fomentar en los hijos el desarrollo de autonomía y capacidad de acción.
- Dependencia perjudicial: La dependencia extrema hacia otras personas puede obstaculizar la capacidad de funcionar por uno mismo, tomar decisiones y desarrollar confianza en las propias habilidades. Cuando un niño crece en un entorno que fomenta la dependencia excesiva, su autonomía, iniciativa y autoestima pueden quedar comprometidas, manifestándose en la edad adulta como inseguridad e incapacidad.
Es importante señalar que, aunque la dependencia puede ser negativa para una persona, no toda dependencia perjudicial constituye codependencia.
La codependencia, según se entiende actualmente, describe un patrón disfuncional de comportamiento en las relaciones. Se caracteriza por la ausencia de límites claros, baja autoestima, dificultad para regular las emociones y la tendencia a ignorar las propias necesidades emocionales para priorizar las de alguien más. Esto suele traducirse en el establecimiento de relaciones poco saludables, especialmente con personas propensas a desatender las necesidades del codependiente mientras priorizan las suyas.
La codependencia surge cuando una persona se involucra excesivamente en el bienestar de otra, sacrificando su propio equilibrio emocional.
Breve historia del término codependiente
El término «codependiente» fue introducido en la década de 1980 por el Dr. Robert Subby como alternativa a expresiones como «co-alcoholismo» y «co-adicción», para describir cómo los familiares de personas alcohólicas o adictas desarrollaban una dependencia emocional de la inestabilidad del adicto. El Dr. Subby explicó que estos familiares vivían con sus vidas entrelazadas con la del adicto, experimentaban negación, tendían a facilitar la adicción y asumían el papel de cuidadores de la persona con dependencia a la substancia. La autoestima del codependiente solía estar vinculada a la idea de «arreglar» o «comprender» el comportamiento del alcohólico, y sus vidas giraban en torno a los altibajos de la persona adicta.
Años después, Melody Beattie amplió el concepto en su libro «Codependent No More» (1986), donde utilizó el término para incluir todas las relaciones en las que una persona se vuelve excesivamente dependiente de la emocionalidad de otra, sin que necesariamente haya adicción a sustancias de por medio.