
El Complejo de Eróstrato, lo que sea por la fama
El complejo de Eróstrato
Eróstrato ha quedado en la historia como un joven de la ciudad de Éfeso, quien, en el año 365 a.C., ante sus deseos frustrados de no haber obtenido reconocimiento, prendió fuego a una de las 7 maravillas del mundo, el templo de Artemisa.
Aquel hecho, además de espantoso ocultaba algo más: sus desesperadas ansías por conseguir ser visto. Por mucho que tal vez intentó ganar reconocimiento de buena forma, no lo consiguió, así que se valió de este incendio como una artimaña para pasar a la historia.
Tras ser torturado, Eróstrato confesó que había provocado tan magna destrucción con el único propósito de conseguir fama por siempre. La reacción del monarca fue prohibir que el nombre de tan abominable ser quedara registrado y asociado a tal hecho para lograr lo contrario, borrarlo para siempre. No obstante, este hecho es conocido hoy día gracias a que historiadores como Teompono lo llegaron a registrar.
Así mismo, Valerio Máximo, también lo describió con las siguientes palabras: “Se descubrió que un hombre había planeado incendiar el templo de Diana en Éfeso, de tal modo que por la destrucción del más bello de los edificios su nombre sería conocido en el mundo entero”.
De modo que, hoy podemos reconocer el complejo de Eróstrato en todas aquellas personas que poseen una actitud acompañada de un deseo o un impulso exacerbado de obtener reconocimiento al precio que sea, incluso si eso compromete su propia integridad, o la de otras personas.
Los usos del término “Complejo de Eróstrato”
Actualmente, ya conocido los orígenes de dicho término, se emplea con regularidad este complejo de Eróstrato para dar cuenta de esas personas que solo buscan obtener atención. Pero no solo ocurre en la vida cotidiana, sino que, incluso en algunos diccionarios figura la palabra “erostratismo” para definir “la manía que lleva a cometer actos delictivos para conseguir renombre”, así como el mismo protagonista de la historia fue capaz de hacerlo.
En otros idiomas, este vocablo también es empleado. Por ejemplo, en alemán, Herostrat, alude a un individuo que constantemente busca la fama y, en inglés, Herostratic fame, o ‘fama erostrática’, también remite a este tipo de personalidades.
Este mítico personaje también ha encontrado espacio en la literatura, fue el filósofo existencialista, Jean-Paul Sartre escribió todo un cuento en torno a este tema y lo tituló, Erostratus. En la narración, hay un personaje que desea cometer azarosamente cualquier crimen para conseguir fama. Es por ello que, es común en la psicología el que se haga referencia a esta figura para dar nombre a un complejo que engloba a todos aquellos individuos que son capaces de hacer cualquier cosa, sin medir sus límites, con el único propósito de conseguir renombre.
La actitud de estas personas suele ser despectiva, ya que se creen superiores, aun cuando en el fondo esto pudiese esconder inseguridades y baja autoestima. En caso de no lograr conseguir lo que se han propuesto, llegan a desarrollar comportamientos hostiles.