El complejo de Job

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Qué es el complejo de Job

El complejo de Job es un extraño síndrome por el cual la persona sufre afecciones en la piel que no están causadas por un problema físico si no que tienen un origen psicológico.

Normalmente este complejo se manifiesta con el enrojecimiento de la piel o la aparición de erupciones o eczemas que se producen después de que la persona se sienta agraviada u ofendida de algún modo.

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Las personas que padecen el complejo de Job tienen una baja autoestima lo que les lleva a pensar que no valen nada y que la gente los puede tratar mal o con desprecio, llegando a normalizan esta situación.

La aparición de signos visibles inducidos por causas psicológicas, evidencia la gran conexión que tiene la piel con las emociones, ya que genera distintas respuestas según nuestro estado de ánimo. Así, por ejemplo, es común ruborizarse al sentir vergüenza, o la aparición de piloerección (piel de gallina) como una reacción involuntaria del sistema nervioso frente al miedo u otras emociones.

El origen del nombre del complejo de Job

El nombre del complejo de Job proviene del personaje bíblico Job, que tuvo que soportar muchas calamidades, entre ellas la ulceración de su piel, como prueba de su fe.

Job es el protagonista del libro bíblico de Job, que narra su historia como un ejemplo de fe, paciencia y justicia. Job era un hombre rico y piadoso que vivía en la tierra de Uz, cerca de Edom y Arabia. Un día, Satanás desafió a Dios a que le quitara todas sus bendiciones a Job para ver si seguía conservando su fe. Dios aceptó el reto y permitió que Job perdiera sus hijos, sus bienes, su salud y su reputación.

Job sufrió una enfermedad de la piel que le causaba erupciones y llagas dolorosas por todo el cuerpo. Algunos estudiosos han sugerido que se podría haber tratado de una sarna maligna, una lepra o un síndrome de Job, pero no hay una certeza sobre el diagnóstico. Lo que sí se sabe es que Job raspaba sus llagas y se sentaba sobre ceniza para aliviar su sufrimiento.

Job sufrió mucho pero nunca renegó de Dios ni le echó la culpa de sus desgracias. Sus amigos y su esposa intentaron convencerlo de que había pecado o que debía maldecir a Dios, pero él se mantuvo firme en su fe. Finalmente, Dios le restauró todo lo que había perdido y le dio más hijos, más riquezas y una larga y saludable vida.

Diferencias con el síndrome de Job

En medicina, existe el Síndrome de Job, que no debe confundirse con el complejo de Job a pesar de que mantiene ciertas similitudes.

El síndrome de Job es una enfermedad genética rara llamada hiperinmunoglobulina E que afecta al sistema inmunitario. Las personas que padecen esta enfermedad tienen niveles muy altos de un tipo de anticuerpo llamado IgE y son propensas a sufrir infecciones graves y recurrentes en la piel y los pulmones. El nombre de esta afección también hace referencia al personaje bíblico de Job.

A diferencia del complejo de Job, en el que el origen de las alteraciones en la piel está en causas psicológicas, el síndrome de Job se cree que tiene su origen en una mutación genética que sucede en el gen STAT3 en el cromosoma 17.

Síntomas del complejo de Job

Los síntomas en la piel de las personas afectadas por este complejo son diversas. En ocasiones el individuo simplemente se ruboriza o presenta algunas erupciones cuando se considera ofendido o maltratado, pero también pueden aparecer afecciones más graves como pústulas, laceraciones y otras lesiones en la piel que frecuentemente provocan picores y enrojecimiento.

Estos problemas se presentan frecuentemente en la cara y los brazos, lo que hace evidente el problema frente a los demás lo que puede debilitar todavía más la autoestima del enfermo y aumentar su sentimiento de inferioridad.

Se da el caso de que esta ofensa que percibe el afectado por el complejo de Job, puede llegar a ser imaginaria, es decir, la persona se siente agraviada o tratada de forma injusta cuando en realidad no es así, pero las afecciones en la piel se producen de todos modos.

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