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El complejo de Judas
El origen del término psicológico
Los psicólogos son propensos a identificar los distintos complejos con nombres de personajes históricos, figuras mitológicas o protagonistas de obras literarias o bíblicas.
En este caso, debido al patrón de traición que presentan las personas afectadas por este complejo, se vinculó su nombre con el del personaje bíblico Judas Iscariote.
Según cuenta la Biblia, Judas Iscariote fue uno de los doce apóstoles de Jesús, quien lo traicionó entregándolo a las autoridades romanas a cambio de treinta monedas de plata. La traición de Judas llevó a la detención, el juicio y finalmente la crucifixión de Jesús.
El comportamiento de las personas afectadas
Por definición, los complejos son un conjunto de ideas o impulsos que tienen un tono emocional común y ejercen una influencia fuerte pero generalmente inconsciente sobre las actitudes y el comportamiento del individuo.
Esto significa que los complejos comprenden patrones básicos de deseos, emociones, recuerdos y percepciones que, sin saberlo, influyen en la forma en que una persona piensa y se comporta.
En la mayoría de los casos, se trata de una motivación inconsciente, que le lleva a realizar actos conscientes en contra de la otra persona boicoteando en la medida de lo posible las acciones de la víctima.
Detección y tratamiento del complejo de Judas
Dado que se trata de un patrón de conducta inconsciente, la persona que padece el complejo de Judas no suele detectarlo, por lo que es su entorno más cercado el que tras observar su comportamiento se puede percatar de ello.
En ocasiones, el origen de la patología está en un complejo de inferioridad del afectado que con sus acciones intenta satisfacer su propia autoestima
En algunos casos, el comportamiento de traición puede ser impulsado por sentimientos de celos, envidia o competencia con la persona por la que se siente traicionada.