« El hombre y su psicóloga”: redefiniendo la masculinidad a través del diálogo terapéutico
El hombre del siglo XXI se caracteriza por una identidad más flexible, diversa y en constante evolución. A diferencia de generaciones anteriores, enfrenta menos expectativas rígidas sobre cómo debe comportarse, lo que permite una mayor libertad para redefinir su masculinidad.
Más abierto emocionalmente tiene más espacio para expresar emociones que históricamente han sido reprimidas, como la vulnerabilidad, el miedo o la tristeza. Reconoce que abrirse emocionalmente no lo hace menos « masculino, » sino que enriquece sus relaciones y le permite manejar mejor el estrés y la ansiedad. Cada vez más hombres se preocupan por entender sus emociones y cómo influyen en sus relaciones personales y profesionales, lo cual fomenta una comunicación más clara y mayor empatía.
Rompiendo tabúes de la masculinidad
En contrapartida muchos hombres crecen en entornos donde expresar emociones o vulnerabilidad se considera un signo de debilidad. En sociedades tradicionales, los hombres son normalizados para ocultar sus emociones, especialmente la tristeza, la ansiedad y el miedo, y aunque el mundo siga cambiando este tipo de pilares en la educación permanecerán por mucho tiempo.
Desde niños, a los hombres se les suele enseñar que la fortaleza emocional y la autosuficiencia son valores esenciales. Expresar debilidad o pedir ayuda puede percibirse como un « fallo » en este aspecto. De hecho, mucha niñas o mujeres copian y enaltecen este rasgo « típicamente masculino » para poder valerse muchas veces en un mundo de hombres.
En los hombres existe prejuicio al admitir la soledad. Esta se percibe como una debilidad o falta de habilidades sociales. Los temas relacionados con la incertidumbre laboral, las dudas sobre sus logros o el miedo a fracasar son difíciles de admitir. La presión social de ser un « proveedor exitoso » puede ser una dificultad al expresar que tal vez no estén satisfechos con su carrera o que temen no cumplir las expectativas.
Un camino hacia la mejora
A medida que los hombres enfrentan expectativas sobre el éxito, la paternidad o el rol de proveedor, cuestionar el propósito de vida o de sentir que no han alcanzado sus metas, puede ser difícil de expresar. Admitir que no se sienten realizados puede desafiar la idea de « estar en control ». Muchos hombres sienten presión por cumplir con un modelo de masculinidad que, en muchos casos, no les satisface. Sin embargo, cuestionar este modelo y buscar nuevas formas de expresar su identidad puede ser percibido como « perder su masculinidad ».
Si pensamos que en la masculinidad y la feminidad la influencia de construcciones sociales que varían según la cultura, la época y los valores predominantes en cada sociedad son un componente muy importante, hacer una reducción de lo que significan años y años de influencia no resulta fácil. Es necesario brindar buena y certera información objetiva para que cada individuo tenga la posibilidad de que hacer y de cómo quiere vivir. En el consultorio escucho todo el tiempo comentarios de cómo se debería ser y de esta manera terminamos donde empezamos en una construcción social sin cuestionamiento privado
Con el aumento de la concienciación sobre la salud mental, los hombres del siglo XXI están más dispuestos a hablar de sus problemas y a buscar ayuda profesional, rompiendo el estigma que rodeaba la terapia y otras formas de cuidado emocional.