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Experimento del chimpancé educado como humano: Gua
El experimento del chimpancé educado como humano
Todo comenzó en 1930, cuando el psicólogo Winthrop Niles Kellogg (1898-1972), licenciado en la Universidad de Columbia, leyó un artículo sobre dos niñas indias que tenían un comportamiento como el de los animales.
Las niñas eran Amala y Kamala, quienes habían sido encontradas en una cueva donde habitaban lobos.
Para ese entonces, la sociedad pensó que las niñas eran disminuidas psíquicas. Pero, para Kellogg, “las niñas lobo”, tenían una inteligencia de nacimiento que era normal, solo que habían sido criadas bajo unas condiciones en las que se favoreció el aprendizaje como animales.
Esto llevó a Kellogg a pensar que hay edades específicas para la integración en un cultura o sociedad.
El caso de las llamadas “niñas lobo” llevó a Kellogg a sentir interés en las diferencias entre humanos y animales. Pues, consideraba que, además de los factores genéticos, el condicionamiento del entorno también era importante, por lo que, si un animal crecía en un ambiente con humanos, su comportamiento sería como tal.
Para comprobar su hipótesis, el doctor Kellogg junto a su esposa, llamada Luella Dorothy, diseñaron un experimento en el que participaría su propio hijo de diez meses, Donald, y una chimpancé, llamada Gua, que tenía siete meses y medio.
Aunque Kellogg no estaba conforme al principio con la diferencia de edades, la verdad es que no tenía muchas opciones, así que comenzó su experimento criando a la champancé y a su hijo de forma igual.
¿Cómo era el experimento?
El experimento consistía en dar un trato igual tanto a Donald como a Gua; ellos usarían la misma ropa, ingerirían la misma comida, compartirían los mismos juguetes y todo sería por igual como si se tratase de dos hermanos.
De esta forma podrían observar la evolución entre Donald y Gua, hasta identificar cuál era el momento preciso en el que el animal y el humano comenzaban a tomar distancia, con respecto al lenguaje y el aprendizaje.
Pero tras nueve meses de convivencia, el experimento arrojó unos resultados increíbles: Gua comenzó a humanizarse, llegando a superar la capacidad de aprendizaje de Donald.
Gua no solo llegó a aprender más rápido que Donald, sino que el niño comenzó a adoptar conductas que eran propias del chimpancé, tales como llevar todo a la boca para probarlo, gruñir y aullar.
Fue un aprendizaje tan marcado que Donald, al crecer, conservaría todo lo que aprendió de Gua.
Los resultados de este experimento salieron a la luz con la obra titulada The ape and the child, que se publicó en el año 1931 y que, además, estuvo llena de críticas y controversias.
En dicha obra, Kellogg cuenta con detalle cada uno de los juegos y actividades de aprendizaje que efectuaba con Gua y con Donald, así como la forma en la que ambos reaccionaban.
Las críticas para este psicólogo no se hicieron esperar. Lo más que se le reclamaba era el haber sometido a un animal y a su propio hijo a un experimento que les dejaría huellas por el resto de sus vidas.
Kellogg no tuvo más opción que la de reconocer que se había equivocado en su experimento.
La investigación de Kellogg
La investigación con el experimento del chimpancé educado como humano buscaba datos sobre el estado físico de Donald y del chimpancé. Estos datos incluían el peso, los reflejos, la presión arterial y otros. Lo siguiente serían las pruebas de aprendizaje.
Por nueve meses, Kellogg y su esposa criaron al chimpancé y a Donald de la misma forma, como si fuesen hermanos. Todo quedó registrado en filmaciones, en las que quedaba constancia del avance de la investigación.
Entre otros detalles que Kellogg estudió junto a un equipo de investigadores, se encontraba el análisis de aspectos como la capacidad para dibujar, la memoria, la vocalización, la obediencia, las respuestas a las cosquillas, la locomoción, la destreza manual, las reacciones ante el miedo o el temor y la capacidad de resolución de problemas.
A medida que transcurría el tiempo, Gua se adaptaba al medio humano, llegando a seguir ciertas directrices mejor Donald.