Falta de sueño y soledad es igual a rechazo social
Una necesidad esencial
El ser humano, al igual que otras tantas especies animales, necesita dormir para reponer el organismo y funcionar correctamente. Esta necesidad parece haberse convertido en todo un lujo en la sociedad actual.
La falta de sueño puede ocasionar graves problemas a nivel psicológicos tanto a corto como a largo plazo. No dormir bien es fuente de estrés y provoca una notable falta de atención y concentración.
Las personas que no duermen bien ven muy dificultadas las tareas del día a día. Su cerebro no está descansado, por lo que le resulta más difícil afrontar problemas cotidianos y establecer perspectiva de ellos para así resolverlos.
El estudio se ha realizado de la siguiente forma; en primer lugar, los investigadores hicieron un registro de las respuestas sociales y neuronales de un número de adultos jóvenes tras una noche de sueño normal y lo compararon con las respuestas tras una noche de poco descanso.
Mientras tanto, a las personas que participaron en el experimento se les mostraron vídeos de personas con expresiones neutrales caminando hacia ellas. Los participantes tenían que detener el vídeo cuando pensaran que estaban demasiado cerca.
El resultado fue que las personas a las que se les privó de dormir las horas suficientes generaron un notable rechazo, cosa que no sucedió con las personas que habían dormido entre 7 y 9 horas.
Conclusiones del estudio
De esta forma, según indican los investigadores que han trabajado en este estudio, se pueden obtener importantes detalles sobre lo que se considera ya la epidemia del siglo XXI: nos referimos a la soledad.
Pero, ¿cómo se llega a esta soledad y cómo influye la falta de sueño? La respuesta viene determinada precisamente por las consecuencias negativas que tiene la falta de sueño en la persona.
La persona falta de sueño es menos atractiva
Todo esto se explica, como decíamos anteriormente, a que la persona falta de sueño es menos atractiva. Esto es debido a las consecuencias negativas que tiene no dormir ni descansar bien, como es la irritabilidad, el estrés y la depresión.
La persona que no duerme bien está más cansada normalmente, le apetece menos hacer planes con otras personas y tiende a aislarse. No puede pensar con la claridad de quien ha repuesto su organismo convenientemente durante la fase del sueño.