
Frases célebres de Alexander Fleming
Frases célebres de Alexander Fleming
Para el investigador no existe alegría comparable a la de un descubrimiento, por pequeño que sea.
A veces uno realiza un hallazgo cuando no lo está buscando.
El investigador sufre las decepciones, los largos meses pasados en una dirección equivocada, los fracasos. Pero los fracasos son también útiles, porque, bien analizados, pueden conducir al éxito.
Un jardinero no debe ser impaciente. Las flores necesitan tiempo para desarrollarse; si se intenta apresurar su crecimiento, se les hace más mal que bien. Se las puede proteger contra los elementos, se las puede dar de comer y de beber, pero no resulta difícil matarlas si se las proporciona demasiada comida o bebidas demasiado fuertes. Ellas responden a la simpatía; son capaces de soportar tratamientos extremadamente duros. En resumen, se parecen mucho a los seres humanos.
No son los vestíbulos de mármol los que proporcionan la grandeza intelectual, sino el alma y el cerebro del investigador.
Hay reglas sencillas para el uso de la Penicilina: usarla sólo para los microbios que sean vulnerables a ella, aplicar la dosis indicada y que el tratamiento dure lo suficiente para eliminar la infección; siguiendo estas reglas, todos quedarán satisfechos; de lo contrario, el resultado será decepcionante.
Vuestras reuniones han sido presididas por coroneles, capitanes, sargentos y demás, pero es la primera vez que vuestro chairman es un humilde soldado de segunda clase. Yo siempre fui humilde en el regimiento; jamás discutí una orden de un sargento o de un cabo; respecto a los oficiales, no recuerdo haber recibido nunca una orden directa de ellos.