Frases célebres de Carl Sagan

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Frases célebres de Carl Sagan

Cada uno de nosotros es una preciosidad, en una perspectiva cósmica. Si alguien discrepa de tus opiniones, déjalo vivir. En un trillón de galaxias, no hallarías otro igual.

En algún lugar, algo increíble está esperando a ser descubierto.

Somos polvo de estrellas que piensa acerca de las estrellas.

Hoy más que nunca, cuando tantos y tan complejos problemas asaltan a la especie humana, es necesaria la presencia de individuos con un alto coeficiente intelectual y un amplísimo campo de intereses.

El cosmos es todo lo que es, todo lo que fue y todo lo que será. Nuestras más ligeras contemplaciones del cosmos nos hacen estremecer: sentimos como un cosquilleo nos llena los nervios, una voz muda, una ligera sensación como de un recuerdo lejano o como si cayéramos desde gran altura. Sabemos que nos aproximamos al más grande de los misterios.

Un ateo tiene que saber mucho más que lo que yo sé. Un ateo es alguien que sabe que no existe un dios. Según algunas definiciones, el ateísmo es muy estúpido.

El precio que pagamos por la previsión del futuro es la desazón que ello engendra.

El temor a las caídas guarda clara relación con nuestros orígenes arbóreos y, sin duda, es un temor que compartimos con el que sienten otros primates.

La imaginación nos lleva a mundos en los que nunca estuvimos.

Podemos juzgar el progreso por la valentía de las preguntas y la profundidad de las respuestas; por la osadía de encontrar la verdad más que en regocijarnos en lo que nos hace sentir bien.

El cerebro es como un músculo. Cuando está en uso, nos sentimos muy bien. La comprensión es alegría.

Si estamos solos en el universo, seguro sería una terrible pérdida de espacio.

Existe la profunda y atractiva noción de que el Universo no es más que el sueño de un dios, mientras que otra gran idea dice que los hombres podrían no ser los sueños de los dioses, sino que los dioses son los sueños de los hombres.

A veces creo que hay vida en otros planetas, y a veces creo que no. En cualquiera de los dos casos la conclusión es asombrosa.

El estudio del universo es un viaje para autodescubrirnos.

La vida es sólo un vistazo momentáneo de las maravillas de este asombroso universo, y es triste que tantos la estén malgastando soñando con fantasías espirituales.

Los libros son como las semillas, pueden estar latentes durante siglos, pero también pueden dar fruto en el suelo más estéril.

Es posible que el cosmos esté poblado con seres inteligentes. Pero la lección darwiniana es clara: no habrá humanos en otros lugares. Solamente aquí. Sólo en este pequeño planeta. Somos no sólo una especie en peligro sino una especie rara. En la perspectiva cósmica cada uno de nosotros es precioso. Si alguien está en desacuerdo contigo, déjalo vivir. No encontrarás a nadie parecido en cien mil millones de galaxias.

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