
Frases célebres de Diego Saavedra
Frases célebres de Diego Saavedra
Más debemos algunas veces a nuestros errores que a nuestros aciertos, porque aquéllos nos enseñan y éstos nos desvanecen.
La belleza del cuerpo es un viajero que pasa; pero la del alma es un amigo que queda.
No está la felicidad en vivir, sino en saber vivir.
El que compra la paz con el oro no la podrá sustentar con el acero.
Lo que se promete y no se cumple lo recibe por afrenta el superior, por injusticia el igual y por tiranía el inferior; y así, es menester que la lengua no se arroje a ofrecer lo que no sabe que puede cumplir.
Sobre las piedras de las leyes, no de la voluntad, se funda la verdadera política.
El valor nunca es mayor que cuando nace de la última necesidad.
Un pequeño gusano roe el corazón a un cedro y lo derriba.
El poder absoluto es tiranía; quien le procura, procura su ruina.
Hay que saber navegar con viento de proa.
Ningún enemigo mayor al hombre. No acomete el águila al águila ni un áspid a otro áspid, y el hombre siempre maquina contra su misma especie.
No conoce la dulzura de la paz quien no ha probado la amargura de la guerra.
Tres cosas se han de considerar en el consejo: lo fácil, lo honesto y lo provechoso.
Pocos negocios vence el ímpetu, algunos la fuerza, muchos el sufrimiento, y casi todos la razón y el interés.
Los ingenios muy entregados a la especulación son tardos en obrar y tímidos en resolver; porque a todo hallan razones diferentes que los ciegan y confunden.
A mucho obliga el que, teniendo valor para hacerse temer, se hace amar.
Más reinos derribó la soberbia que la espada, más príncipes se perdieron por sí mismos que por otros.
Gobernarse por lo que dice el vulgo es flaqueza.
Mejor se gobierna la república que tiene leyes fijas, aunque sean imperfectas, que aquella que las muda frecuentemente.
El no esperar remedio, ni desesperar de él, suele ser el remedio de los casos desesperados.