
Frases célebres de Fernando de Rojas
Frases célebres de Fernando de Rojas
Amor es un fuego escondido, una agradable llaga, un sabroso veneno, una dulce amargura, una deleitable dolencia, un alegre tormento, una fiera herida, una blanda muerte.
No es vencido sino el que cree serlo.
Del pecado, lo peor es la perseverancia.
Jamás el esfuerzo desayuda a la fortuna.
Nadie es tan viejo que no pueda vivir un año más, ni tan mozo que hoy no pudiese morir.
Miserable cosa es pensar ser maestro el que nunca fue discípulo.
Cuán fácil cosa es reprender vida ajena y cuán duro guardar cada uno la suya.
La mitad está hecha cuando tienen buen principio las cosas.
Inicua es la ley que a todos igual no es.
Goza tu mocedad, el buen día, la buena noche, el buen comer y beber.
Cuando el corazón está embargado de pasión, están cerrados los oídos al consejo, y en tal tiempo las palabras sensatas, en lugar de amansar, acrecientan la saña.
No ves que es simpleza o necedad llorar por lo que con llorar no se puede remediar.
¿No ves que es necedad o simpleza llorar por lo que con llorar no se puede remediar?
Me alegro de estas nuevas como los cirujanos de los descalabros.
Ninguna cosa hace pobre al avariento sino la riqueza.
Miserable cosa es pensar ser maestro el que nunca fue discípulo.
Dejemos llorar al qué dolor tiene, que las lágrimas y los suspiros desenconan el corazón dolorido.
Un solo maestro de vicios dicen que basta para corromper a un gran pueblo.
Saludable es al enfermo la alegre cara del que le visita.
El amor todas las cosas vence.
Yerro es no creer, y culpa, creerlo todo.
El hijo que nace, restaura la falta de tres finados.