
Frases célebres de Garcilaso de la Vega
Frases célebres de Garcilaso de la Vega
La vida es corta: viviendo todo falta, muriendo todo sobra.
Estoy muriendo, y aun la vida temo; témola con razón, pues tú me dejas; que no hay, sin ti, el vivir para que sea.
Pensando que el camino iba derecho, vine a parar en tanta desventura, que imaginar no puedo, aún con locura, algo de que esté un rato satisfecho.
Salid sin duelo, lágrimas corriendo.
No me podrán quitar el dolorido sentir, si ya primero no me quitan el sentido.
Del sueño, si hay alguno, aquella parte sola, que es imagen de la muerte, se aviene con el alma fatigada.
Contigo, mano a mano busquemos otros prados y otros ríos, otros valles floridos y sombríos, donde descanse, y siempre pueda verte ante los ojos míos, sin miedo y sobresalto de perderte.
Ella en mi corazón metió la mano, y de allí me llevó mi dulce prenda: que aquel era su nido y su morada.
El corazón dispone a la alegría que vecina tenía, y reserena su rostro, y enajena de sus ojos muerte, daños, enojos, sangre y guerra.
Aquéste es de los hombres el oficio: tentar el mal, y si es malo el suceso, pedir con humildad perdón del vicio.
¿Por qué no ablandará mi trabajosa vida, en miseria y lágrimas pasada, un corazón conmigo endurecido?
Mas infición del aire en sólo un día me quitó el mundo, y me ha en ti sepultado, Parténope, tan lejos de mi tierra.
Pensando que el camino iba derecho, vine a parar en tanta desventura, que imaginar no puedo, aún con locura, algo de que esté un rato satisfecho.
Estoy continuo en lágrimas bañado, rompiendo el aire siempre con suspiros; y más me duele el no osar deciros que he llegado por vos a tal estado.