Frases célebres de Henry David Thoreau

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Frases célebres de Henry David Thoreau

El buscador de defectos los halla incluso en el paraíso. Amad vuestra vida, por pobre que sea.

El hombre rico es aquel cuyos placeres son más baratos.

La mayoría de los lujos y muchas de las llamadas comodidades de la vida no sólo no son indispensables, sino que resultan un obstáculo evidente para la elevación espiritual de la humanidad.

Aprendí que si uno avanza confiado en la dirección de sus ensueños y acomete la vida que se ha imaginado para sí, hallará un éxito inesperado en sus horas comunes.

Lo que un hombre piensa de sí mismo, esto es lo que determina, o más bien indica, su destino.

De qué sirve una casa sino se cuenta con un planeta tolerable donde situarla.

La bondad es la única inversión que nunca falla.

Ve con confianza en la dirección de tus sueños. Vive la vida que has imaginado.

No es lo que nos miramos en lo que importa, es lo que se vemos.

¿Es la democracia, tal como la conocemos, el último logro posible en materia de gobierno? ¿No es posible dar un paso más hacia el reconocimiento y organización de los derechos del hombre? Nunca podrá haber un Estado realmente libre e iluminado hasta que no reconozca al individuo como poder superior independiente del que derivan el que a él le cabe y su autoridad, y, en consecuencia, le dé el tratamiento correspondiente.

Casi todas las personas viven la vida en una silenciosa desesperación. Lo que se llama resignación es la desesperación confirmada.

El hombre es rico en proporción a la cantidad de cosas de las que puede prescindir.

Es más deseable cultivar el respeto al bien que el respeto a la ley.

Es mejor conocer saber algunas de las preguntas que todas las respuestas.

Bajo un gobierno que encarcele a alguien injustamente, el sitio adecuado para una persona justa es también la cárcel.

El único modo de decir la verdad es hablar siempre con amor.

Sigue un camino, aunque sea estrecho y torcido, en el que puedas caminar con amor y reverencia.

Los héroes son a menudo los hombres más comunes.

El amor no sólo debe ser una llama, sino una luz.

 

Más frases de Henry David Thoreau

Es tan difícil verse a uno mismo como mirar para atrás sin volverse.

He venido a este mundo no para hacer de él ante todo un lugar donde se viva bien, sino para vivir.

La desobediencia es el verdadero fundamento de la libertad. Los obedientes deben ser esclavos.

Cada niño comienza el mundo otra vez.

El éxito suele llegar a aquellos que están demasiado ocupados para buscarlo.

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