Frases célebres de Henry Miller

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Frases célebres de Henry Miller

Hay que darle un sentido a la vida por el hecho mismo de que la vida carece de sentido.

Somos nosotros mismos los que creamos nuestro destino cada día.

Vivir sus deseos, agotarlos en la vida, es el destino de toda existencia.

Mis pies tocan las raíces de un cuerpo eterno, para el que no tengo nombre. Estoy en comunicación con la Tierra entera. Aquí estoy en el útero del tiempo, y nada me sacará de mi quietud.

Las flores delicadas son las primeras que perecen en una tormenta.

Todos los días matamos nuestras mejores pasiones.

Cada hombre tiene su propio destino: el único imperativo es seguirlo, aceptarlo, sin importar a dónde lo lleve.

Cada guerra es una destrucción del espíritu humano.

Todos debemos hacer las paces, para que todos podamos vivir en paz. Jean-Bertrand Aristide

Si debe haber paz, vendrá a través del ser, no del tener.

El auténtico líder no tiene que liderar, simplemente está satisfecho con señalar el camino.

Hay personas en este mundo cuya figura es tan grotesca, que hasta la muerte las vuelve ridículas. Y cuanto más horrible es su muerte, más ridículas parecen. Es inútil atribuir un poco de dignidad a su fin: hay que ser un mentiroso o un hipócrita para descubrir algo de trágico en su partida.

Si nos volvemos hacia una realidad más grande, es una mujer quien nos tendrá que enseñar el camino. La hegemonía del macho ha llegado a su fin. Ha perdido contacto con la tierra.

Hay personas que no pueden resistir el deseo de meterse en una jaula con fieras y dejarse despedazar. Se meten en ella hasta sin revólver ni látigo. El temor las vuelve temerarias.

Dondequiera que voy las personas están echando a perder sus vidas. Cada cual tiene su tragedia privada. La lleva ya en la sangre: infortunio, hastío, aflicción, suicidio. La atmósfera está saturada de desastre, frustración, futilidad. Rascarse y rascarse… hasta que no quede piel. No obstante, el efecto que me produce es estimulante. En lugar de desanimarme, o deprimirme, disfruto. Pido a gritos cada vez más desastres, calamidades mayores, fracasos más rotundos. Quiero que el mundo entero se descentre, que todo el mundo se rasque hasta morir.

Lo más difícil en la vida es aprender a hacer lo que es estrictamente ventajosa para el bienestar de uno mismo, estrictamente vital.

Ningún hombre pondría palabra por escrito si tuviera el valor de vivir lo que cree.

Quien por un amor muy grande (lo que finalmente es una locura) muere, renace para ya no conocer ni amor ni odio, sólo para gozar.

El objetivo de la vida es vivir, y vivir significa ser conscientes, gozosamente, borrachamente, serenamente, divinamente conscientes.

Por cada nueva altura que alcanzamos, nuevos y más desconcertantes peligros nos amenazan.

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