
Frases célebres de Hippolyte Taine
Frases célebres de Hippolyte Taine
Ninguna criatura humana es comprendida por criatura humana alguna. Todo lo más, por costumbre, paciencia, interés, amistad, se aceptan o se toleran.
Se trata de vivir, y para el individuo la vida tiene dos direcciones principales: el conocimiento o la acción, razón por la cual pueden distinguirse en el hombre dos facultades principales: inteligencia y voluntad.
La energía tiene tal vitalidad, que sobrevive a todos los desastres y provee a todos los esfuerzos.
Hay un momento superior en la especie humana: la España desde 1500 a 1700.
Las producciones del espíritu humano, como las de la naturaleza, sólo pueden explicarse por el medio que las produce.
Como las dificultades eran enormes, toda la inteligencia se aplicó enteramente a vencerlas; encaminóse sólo en este sentido y, por tanto, apartóse de todo lo demás. Vivir, abrigarse, vestirse, comer, precaverse contra el frío y la humedad; pertrecharse, enriquecerse; no había tiempo de pensar en otras cosas.
Nada es más peligroso que un gran pensamiento en un cerebro pequeño.
No es con una idea como se levanta a un hombre, sino con un sentimiento.
El hambre suele producir poemas inmortales. La abundancia, únicamente indigestiones y torpezas.
La señal del genio, su única gloria, la obligación hereditaria de los espíritus geniales estriba en inventar formas nuevas fuera de lo convencional y acostumbrado.
Llegamos, pues, a establecer la siguiente regla: para comprender una obra de arte, un artista, un grupo de artistas, es preciso representarse, con la mayor exactitud posible, el estado de las costumbres y el estado de espíritu del país y del momento, en que el artista produce sus obras.
Más frases de Hippolyte Taine
Hay en el mundo cuatro tipos de gentes: los enamorados, los ambiciosos, los observadores y los imbéciles. Los más felices son los imbéciles.
Para conseguir algún resultado en la vida es preciso tener paciencia, aburrirse, hacer y deshacer, volver a empezar y seguir de nuevo, sin que un impulso de cólera o un arrebato de la imaginación vengan a detener o desviar el trabajo diario.
He estudiado muchos filósofos y muchos gatos. La sabiduría de los gatos es infinitamente superior.
Un estado de espíritu esencialmente pictórico, es decir, situado entre las ideas puras y las puras imágenes, caracteres enérgicos y violentos en las costumbres, propios para crear el gusto y conocimiento de las bellas formas corporales, he aquí las circunstancias transitorias que, unidas a la aptitud innata de la raza, han producido en Italia la pintura perfecta y grandiosa del cuerpo humano.
Viajamos para cambiar, no de lugar, sino de ideas.
Sembrad varias semillas de la misma especie vegetal en terrenos y climas distintos; dejadlas que germinen, crezcan, fructifiquen y se reproduzcan indefinidamente, cada cual en un distinto suelo: cada una se adaptará a su terreno propio, y tendréis así diversas variedades de la misma especie, tanto más diversas cuanto más diferentes sean entre sí las condiciones de cada clima.
No es con una idea como se levanta a un hombre, sino con un sentimiento.
Por malo que sea un gobierno, hay algo peor, y es la supresión del gobierno.