Frases célebres de Nicolás Gómez Dávila

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Frases célebres de Nicolás Gómez Dávila

Nunca es demasiado tarde para nada verdaderamente importante.

Marxismo y psicoanálisis han sido los dos cepos de la inteligencia moderna.

El alma crece hacia adentro.

La política es la ocupación de las almas vacías.

Toda recta lleva derecho a un infierno.

¿La tragedia de la izquierda? –Diagnosticar la enfermedad correctamente, pero agravarla con su terapéutica.

Cada día resulta más fácil saber lo que debemos despreciar: lo que el moderno aprecia y el periodista elogia.

El mundo moderno no será castigado. Es el castigo.

Casi rico, casi buen mozo, casi inteligente, casi con talento… mi vida ha consistido en un perpetuo perder el tren por unos pocos minutos de retraso.

Más repulsivo que el futuro que los progresistas involuntariamente preparan, es el futuro con que sueñan.

El progresismo envejece mal.

El progresista se sulfura, de viejo, viendo que la historia archiva lo que llamó progreso de joven.

Hombre culto es aquel para quien nada carece de interés y casi todo de importancia.

Los medios actuales de comunicación le permiten al ciudadano moderno enterarse de todo sin entender nada.

Marx ha sido el único marxista que el marxismo no abobó.

Las jerarquías son celestes. En el infierno todos son iguales.

La inteligencia se capacita para descubrir verdades nuevas redescubriendo viejas verdades.

El moderno cree vivir en un pluralismo de opiniones, cuando lo que impera es una unanimidad asfixiante.

Al demócrata no le basta que respetemos lo que quiere hacer con su vida; exige además que respetemos lo que quiere hacer con la nuestra.

La inteligencia no consiste en encontrar soluciones sino en no perder de vista los problemas.

«El suicidio más acostumbrado en nuestro tiempo consiste en pegarse un balazo en el alma.»

El hombre es animal educable, siempre que no caiga en manos de pedagogos progresistas.

Las ideas de izquierda engendran las revoluciones, las revoluciones engendran las ideas de derecha.

Periodistas y políticos no saben distinguir entre el desarrollo de una idea y la expansión de una frase.

Si no se quiere ser conformista no se debe ser progresista.

Lejos de ser todas respetables, casi todas las opiniones merecen ser irrespetadas.

El que reclama igualdad de oportunidades acaba exigiendo que se penalice al bien dotado.

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