Frases célebres de Tomás de Kempis
Frases célebres de Tomás de Kempis
Estate preparado para la batalla si quieres conseguir la victoria. Sin esfuerzo no hay paz, sin lucha no hay victoria.
La serenidad no es estar a salvo de la tormenta, sino encontrar la paz en medio de ella.
He buscado en todas partes el sosiego y no lo he encontrado sino en un rincón apartado, con un libro en las manos.
El hombre propone, y Dios dispone.
Por la soberbia y vanidad se han extraviado muchos, llegando a veces a padecer ceguera casi incurable.
Como todavía soy débil en el amor, imperfecto en la virtud, necesito tu fuerza y tus consuelos
No eres más porque te alaben, ni menos porque te critiquen; lo que eres delante de Dios, eso eres y nada más.
Fácilmente estará contento y sosegado el que, de verdad, tiene la conciencia limpia.
El humilde conocimiento de ti mismo es un camino más seguro hacia Dios que el camino de la ciencia.
El que no evita los defectos pequeños, poco a poco cae en los grandes. Te alegrarás siempre a la noche, si gastares, bien el día.
Más valiera evitar el pecado que huir de la muerte.
Si todos los años extirpamos un solo vicio, pronto llegaríamos a ser hombres perfectos.
Si te parece que sabes mucho y entiendes mucho, ten por cierto que es mucho más lo que ignoras.
Cristo tuvo adversarios y murmuradores, ¿y tú quieres tener a todos por amigos y bienhechores?
El amor exige libertad, exige desapego de todo afecto mundano.
Más frases de Tomás de Kempis
Es mejor saber poco y entender poco, pero con humildad, que saber muchísimo, pero con soberbia.
Todas las cosas pasan y tú también con ellas. Guárdate de pegarte a ellas porque no seas preso y perezcas.
Estudia y aprende a sufrir con paciencia cualesquiera defectos y flaquezas ajenas, pues tú también tienes mucho que te sufran los otros.
Sin trabajo no se obtiene descanso, como sin lucha no se consigue la victoria.
Condúcete siempre como si mañana hubieras de morir, y algún día tendrás razón.
El que en todo calla, en todo tiene paz.
La gloria del hombre bueno, es el testimonio de la buena conciencia. Ten buena conciencia, y siempre tendrás alegría.
La gloria del hombre bueno, es el testimonio de la buena conciencia. Ten buena conciencia, y siempre tendrás alegría.
Lucha virilmente y soporta con paciencia.
No hay enemigo peor ni más dañoso para el alma que tú mismo, si no estás bien avenido con el espíritu.