frases de Francisco de Quevedo
Citas célebres de Francisco de Quevedo
El amigo ha de ser como la sangre, que acude luego a la herida sin esperar que le llamen.
El valiente tiene miedo del contrario; el cobarde, de su propio temor.
Los que de corazón se quieren, solo con el corazón se hablan.
Pregunta a mi pasión y a mi ventura y sabrá que es pasión de mi sentido lo que juzga blasón de mi locura.
No hay amor sin temor de ofender o perder lo que se ama, y este temor es enamorado y filial.
Siempre hay quien ponga malos nombres a la virtud, más siempre son los que no merecen conocerla.
No es dichoso aquel a quien la fortuna no puede dar más, sino aquel a quien no puede quitar nada.

¿Cómo puede morir de repente quién desde que nace ve que va corriendo por la vida y lleva consigo la muerte?
El amor es fe y no ciencia.
Nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar, y no de vida y costumbres.
Pero, cuando comienzan las desgracias en uno, parece que nunca se han de acabar, que andan encadenadas y unas traían a otras.
En resumen, no solo las cosas no son lo que parecen, ¡ni siquiera son como se llaman!
El amor es la última filosofía de la tierra y del cielo.
Estimado lector, que Dios lo proteja de los libros malos, la policía y las mujeres regañonas, con la cara lívida y el cabello rubio.