
frases de Milan Kundera
Frases de Milan Kundera
Las preguntas que no tienen respuesta son las que determinan las posibilidades del ser humano, son las que trazan las fronteras de la existencia del hombre.
Un libro prohibido en tu país significa infinitamente más que los millones de palabras que vomitan nuestras universidades.
La primera traición es irreparable.
Aquello que no ha sido elegido por nosotros no podemos considerarlo ni como un mérito ni como un fracaso.
Un drama vital siempre puede expresarse mediante una metáfora referida al peso. Decimos que sobre la persona cae el peso de los acontecimientos.
Así es el momento en que nace el amor: la mujer no puede resistirse a la voz que llama a su alma asustada; el hombre no puede resistirse a la mujer cuya alma es sensible a su voz.
Aquel que quiere permanentemente ‘llegar más alto’ tiene que contar con que algún día le invadirá el vértigo.
La lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido.
La gente, en su mayoría, huye de sus penas hacia el futuro. Se imaginan, en el correr del tiempo, una línea más allá de la cual sus penas actuales dejarán de existir.
El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien, sino en el deseo de dormir junto a alguien.
Allí donde habla el corazón, es de mala educación que la razón lo contradiga.
La visión del fluir del agua tranquiliza y cura.
El amor empieza en el momento en que una mujer inscribe su primera palabra en nuestra memoria poética.
Nunca sabremos por qué irritamos a la gente, que es lo que nos hace simpáticos, qué es lo que nos hace ridículos; nuestra propia imagen es nuestro mayor misterio.
Las preguntas verdaderamente serias son aquellas que pueden ser formuladas hasta por un niño.
Los amores son como los imperios: cuando desaparece la idea sobre la cual han sido construidos, perecen ellos también.
Quien busque el infinito, que cierre los ojos.
Estoy bajo el agua y los latidos de mi corazón producen círculos en la superficie.
Pienso luego existo, lo dijo un intelectual que subestimaba el dolor de muelas.
La nostalgia del paraíso es el deseo del hombre de no ser hombre.