
frases de Tim Guenard
Frases de Tim Guenard
Estas son algunas de las frases más impactantes de Tim Guenard:
Viví tres años en la calle. Yo creía que mi condición era normal, pero gracias a un buen policía descubrí que no lo era. Aunque me devolvió a la cárcel, me trató como a un ser humano. Yo no quería vivir, pero todas las veces que pensé en quitarme la vida me venía a la mente la mirada de aquel policía.
Doy fe de que una mirada amable puede cambiarte el destino. Es muy importante que te miren cuando tú no sabes ni mirarte a ti mismo.
No se puede soñar sobre algo que no se conoce. Si hoy estoy casado con una mujer a la que amo y respeto es porque un día fui invitado a la mesa de un matrimonio bien avenido.
Yo soñaba con el amor, pero cuando lo veía se me hacía insoportable.
Un día en una estación de tren vi abrazados a un padre y un hijo. No entendía lo que era aquello, pensaba que el padre estaba haciendo daño al niño.
Yo soy un ladrón de amor, he aprendido copiando momentos de amor.
Soy un ejemplo para los desesperados, he creado una gran familia con todas esas personas que acojo en mi casa.
Un día comprendí que mi peor prisión era mi odio y mi propia historia. Perdonar es darse el derecho a existir. Si quieres elevarte, tienes que soltar lastre.
La vida está llena de cosas feas, pero yo me fijo en las cosas hermosas.
No comprendo a la gente que insiste en lo malo. Me gustaría tener la mirada de un perro.
Cuando era pequeño mi madrastra me obligaba a dormir en la caseta de la perra, el único ser que me miraba con amor por encima de cualquier circunstancia. A ambos nos llamaba bastardo. Me gustaría que mis amigos me recordaran con mirada de perro: “Estuviera bien o mal, Tim me miraba bien.
Siempre es necesaria la motivación. Yo soñaba que habían metido a mi papá en una lavadora y que llegaba todo nuevo. ¡Tenía tantas ganas de un beso!, o de una mirada, un gesto; pero tristemente nunca llegó.
Si una persona no sale de su entorno, no se da cuenta de cómo es en realidad y, por desgracia, reproduce esas actitudes inconscientemente. Cuando ves a personas que quieren y son queridas eso te ayuda a no reproducir malas conductas.
Para los que no tienen cariño, ver a gente con amor es como mirar ese escaparate donde no se puede comprar. Sin embargo, puedes decir: “pues yo algún día viviré de otro modo”. Yo no he reproducido la violencia simplemente porque encontré a gente que me hizo desear cosas más positivas.
La mejor manera de ir en contra del destino es ir al encuentro de los demás; porque te dan ilusiones y te enseñan que la vida tiene otro paisaje.
Es muy importante que esos jóvenes vean que la vida no es una fantasía, que hay otro modo de existir, que cuando uno comete un error puede pedir perdón e intentar no volver a hacerlo.
A los que tienen la suerte de tener una familia, les diría que es importante respetarla, honrarla y aceptarla; que ni aquellas personas a las que más queremos son perfectas.
Para criticar y decir lo malo, la gente no pone medida; sin embargo, cuando toca decir “te quiero” o “estoy orgulloso de ti” muchos se callan.
Se anima a los futbolistas o a los ciclistas, pero es necesario que nos animemos entre nosotros. No es necesario ser un famoso para que alguien te anime. Y cuando los jóvenes ven eso, se producen cambios extraordinarios.
Los hijos son un regalo hermoso.