
Frases de Zenón de Citio y del estoicismo
Mejores frases de Zenón de Citio
Sus pensamientos y enseñanzas luego consolidarían la escuela del estoicismo, siendo su mayor logro y en las siguientes frases de Zenón de Citio, podemos entender la razón de ello.
Un mal presentimiento es una conmoción de la mente repugnante a la razón, y en contra de la naturaleza.
Tanto si reclamas un esclavo por compra como por cautiverio, el título es malo.
No obres como si fueras a vivir mil años; obra como si el fin estuviera muy cerca.
Tendremos mi cuerpo si ponemos manos violentas sobre mí, pero mi mente permanecerá con Stilpo.
El bienestar se logra con pequeños pasos, pero no es poca cosa.
¿Por qué, entonces, dado que el universo da origen a seres animados y sabios, no debería considerarse animado y sabio él mismo?
Los que pretenden pertenecer a sus semejantes miran a la fosa y olvidan la justicia que debe regir el mundo.
La satisfacción nace cuando nuestra vida fluye.
El hombre sabio es aquel que no se aflige por las cosas que no tiene, sino que se regocija por las que tiene.
Recordad que la naturaleza nos ha dado dos oídos y una boca para enseñarnos que vale más oír que hablar.
No debemos ser ciudadanos de estados y pueblos diferentes, separados por leyes particulares, sino que hemos de considerar a todos los hombres como conciudadanos.
No hay viento favorable para el que no sabe adónde va.
Lo que ejercita la razón es más excelente que lo que no la ejercita; no hay nada más excelente que el universo; por lo tanto, el universo ejercita la razón.
Todas las personas buenas son amigas entre sí.
No es la fuerza, sino la perseverancia de los altos sentimientos lo que hace a los hombres superiores.
La virtud es el único bien verdadero.
El hombre conquista el mundo cuando se conquista a sí mismo.
La fortuna quiere que tenga yo mayor libertad para filosofar.
La felicidad es un buen flujo de la vida.
Todas las cosas forman parte de un sistema llamado naturaleza; la vida individual es buena cuando está en armonía con la naturaleza.
Más vale tropezar con los pies que con la lengua.
Ninguna pérdida debe sernos más sensible que la del tiempo, puesto que es irreparable.
El amor es un Dios que coopera para garantizar la seguridad de la ciudad.
El bien último es una vida de acuerdo con la naturaleza.
Ahora que he naufragado, estoy en un buen viaje.