
Frases de Zygmunt Bauman
Las mejores frases para recordar a Zygmunt Bauman
Hay que replantearse el concepto de felicidad, se lo digo totalmente en serio.
El empleado ideal, sería una persona que no tenga lazos, compromisos ni ataduras emocionales preexistentes y que además le rehúya a futuro.
El “multiculturalismo” y el “culturalismo en general, en su esfuerzo por proporcionar un apoyo académico (o, para ser más precisos, una pátina promocional) a la práctica multiculturalista, es en sí mismo un ejercicio de encubrimiento.
Hacia fines de la década de 1990, en medio del boom tecnológico, solía pasar mucho tiempo en un café del barrio teatral de San Francisco. Allí tuve ocasión de observar una y otra vez la misma escena. Mami sorbiendo su café.
Todas las medidas emprendidas en nombre del rescate de la economía se convierten, como tocadas por una varita mágica, en medidas que sirven para enriquecer a los ricos y empobrecer a los pobres.
Nos hallamos en una situación en la que, de modo constante, se nos incentiva y predispone a actuar de manera egocéntrica y materialista.
Nadie dice que convertir a alguien en tu compañero de destino sea fácil, pero no hay otra alternativa que intentarlo, e intentarlo y volver a intentarlo.
Lo que antes era un proyecto para “toda la vida” hoy se ha convertido en un atributo del momento. Una vez diseñado, el futuro ya no es “para siempre”, sino que necesita ser montado y desmontado continuamente.
El amor está muy cercano a la trascendencia; es tan solo otro nombre del impulso creativo y, por lo tanto, está cargado de riesgos, ya que toda creación ignora siempre cuál será su producto final.