
La edad y la felicidad, ¿están relacionadas?
La búsqueda de la felicidad
La felicidad es la clave. Todo queda en un segundo plano cuando no logramos experimentar esa sensación de plenitud, bienestar y alegría de vivir. Dinero, éxito laboral, posición social, relaciones…todo pierde relevancia si no consigue acercarnos a este estado históricamente buscado y perseguido. La búsqueda de la felicidad ha sido dueña de múltiples reflexiones filosóficas, poemas, canciones e incluso investigaciones científicas. Uno de los factores en los que los investigadores basan muchos de sus esfuerzos es en la relación entre el momento cronológico que estamos viviendo y la sensación de felicidad. ¿Tienen una relación determinante la edad que tenemos y la felicidad que sentimos? Algunos estudios sugieren que sí.
¿Cuál es la edad de la felicidad?
Otro estudio llevado a cabo por la Universidad de Alberta y la Universidad de Brandeis, se encargó de medir diferentes factores como la autoestima, el empleo o la salud a personas durante 25 años para evaluar su nivel de felicidad durante ese tiempo. Los resultados mostraban como la felicidad aumentaba en la adultez temprana, a medida que las personas conseguían dejar atrás las inseguridades de juventud y alcanzan una mayor madurez emocional.
También es interesante destacar la encuesta a mayores de 40 años, llevada a cabo en 2012 por Friends Reunited, en el que el 70% de los participantes indicaba que estos decían no haberse sentido verdaderamente felices hasta llegar a los 33 años. Un momento en el que comienzan a sentir mayor madurez emocional.
¿Cómo podemos medir la felicidad?
Medir la felicidad es complicado. Algunos lo hacen midiendo la diferencia entre realidad y expectativas o mejor dicho, el nivel de frustración generado por una realidad que no se asemeja mucho a unas expectativas concretas. Contra menor frustración sentimos acorde a esas expectativas, mayor bienestar sentimos.
La ausencia de la felicidad suele verse relacionada con múltiples trastornos psicológicos como la depresión o la ansiedad y su ambición puede dirigirnos a llevar a cabo acciones impulsivas que nos aportan bienestar a corto plazo y grandes problemas con el tiempo. Aunque la edad puede ser un factor importante debido al momento de vida en el que nos encontramos y la mayor madurez emocional, esta es una experiencia que se nutre de diferentes circunstancias, por lo que cada persona puede experimentar mayor o menor felicidad en muy distintos momentos de sus vidas.