La introspección, nuestra mirada interior
La introspección consiste en mirarse a sí mismo, buscando en el interior, en los pensamientos, sentimientos y emociones, con el propósito de autoconocerse. Este camino se toma para poder identificar e interpretar las emociones propias, los pensamientos y, por ende, las conductas.
Se trata de un acto reflexivo por parte de la mente del ser humano, con el que se pretende ser consciente de los propios estados, tantos los que ocurren en el presente como los que ya han ocurrido.
La introspección debe ser una decisión personal y voluntaria; se debe escoger el momento más oportuno para practicarla, sin distracciones, ni deberes pendientes presentes en la mente. Se puede hacer una lista de los vacíos, las carencias y las dificultades u otros aspectos que se quieran autoevaluar.
¿En qué consiste la introspección?
De acuerdo con el Diccionario de Filosofía de Ferrater Mora, la introspección es la «mirada interior», por medio de la cual se supone que un sujeto puede «in-speccionar» sus propios actos psíquicos. Por ello, algunas veces se le entiende como un «mirar» u «observar», y a veces como un «sentir».
Ferrater Mora también aclara que, en sentido estricto, la introspección ha sido considerada por varios autores como uno de los métodos de la psicología: la llamada “psicología introspectiva”, un método que se encuentra en muchos autores, como en William James. Además, el autor acota que los partidarios de este método indican que se trata del único método que permite un acceso a la realidad psíquica.
Este método ya ha sido usado por filósofos como San Agustín y Descartes con el propósito de inferir ciertas conclusiones de la inspección del propio sujeto. Sin embargo, aunque en muchos casos este tipo de introspección pueda tener una base psicológica, no es solo de naturaleza psicológica, como acota Ferrater Mora.
La introspección puede ser catalogada como un acto de autoconciencia que permite entender quiénes somos y cómo somos. Por ello, al hablar de introspección, se pudiese hacer referencia al proceso de reflexión sobre uno mismo o al método formal que se aplica en la psicología.
De acuerdo con un estudio de Kathryn L. Bollich, titulado En busca de nuestro verdadero yo: la retroalimentación como camino hacia el autoconocimiento, la autora destaca que muchos aspectos de nuestra personalidad son internos, tales como nuestros patrones de pensamientos, sentimientos, deseos y sensaciones, los cuales ocurren dentro de nuestras mente y no son observables por los demás.
Asimismo, destaca que nuestro comportamiento es accesible para nosotros, pues nadie tiene la oportunidad de observar todo cuanto hacemos, por lo que parece natural suponer que reflexionar sobre nuestro patrón de estados mentales y comportamientos debería ayudarnos a aprender sobre nuestra propia personalidad.
También dice que los métodos centrados en uno mismo para aprender más sobre nosotros, han sido durante mucho tiempo un interés de estudio en la psicología, destacando la labor de William James.
Además, según la teoría de la autopercepción de Bem, los individuos llegan a conocerse a sí mismos observando sus propios comportamientos.
En este orden de ideas, la teoría objetiva de la autoconciencia postula, de forma similar,
que la atención centrada en uno mismo permite que el yo se destaque en la conciencia de uno y contribuye a la autoevaluación y
, pese a que ninguna teoría trata específicamente sobre el autoconocimiento de la personalidad,
según esta autora, sí apuntan al potencial de la introspección y la autoobservación para mejorar el autoconocimiento,
concluyendo que la introspección cumple un papel esencial en el que el yo es la mejor fuente de información sobre cómo es una persona.
La introspección según la filosofía
La introspección, como término usado en la filosofía de la mente, se entiende como un medio para conocer sobre nuestro ser actual, nuestro pasado, así como los estados o procesos mentales.
Algunos aspectos, como el libre albedrío, las emociones, la identidad personal, las creencias, el imaginario y la percepción, así como otros fenómenos mentales, se consideran en muchas ocasiones como consecuencias del pensamiento introspectivo.
En forma estricta, la introspección requiere de atención directa a los estados mentales actuales,
sin embargo, muchos filósofos consideran que esto es imposible y, para que un proceso sea considerado como introspectivo, debe cumplir con algunas condiciones, tales como las siguientes:
- Generar conocimientos sobre los estados o procesos mentales y no sobre factores externos a la mente.
- Generar conocimientos, creencias o juicios sobre la propia menta y no sobre la mente de otra persona.
- Generar conocimientos, creencias o juicios sobre los procesos mentales actuales o sobre el pasado inmediato, considerado algunas veces como presente especioso.
- Producir conocimiento o juicios de procesos mentales actuales con franqueza. Es decir, no es válido recopilar información sensorial sobre el entorno para luego deducir conclusiones.
- Involucrar un estado mental pre-existente.
- No se da de forma automática ni sencilla, no es constante. No todos los segundos del día hacemos introspección, ya que esta supone un tipo de reflexión especial sobre la vida mental, la cual es diferente al flujo de pensamientos ordinarios.
- Pues, la mente se monitorea a sí misma sin que exista un acto de reflexión especial o consciente.