
La nueva felicidad es la resiliencia psicosocial
La Psicología Positiva
El término de “psicología positiva” surgió en el ámbito de la psicología humanista, concretamente en un capítulo titulado “Toward a Positive Psychology” del libro Motivation and Personality, publicado en 1954. Este enfoque psicológico resalta la relevancia de las fortalezas humanas como competencias de afrontamiento de circunstancias difíciles y adversas y su importancia para el bienestar emocional y felicidad.
Actualmente, las personas tenemos que afrontar o resolver amenazas o peligros que frecuentemente surgen con un marcado carácter social. Nos referimos a factores estresores como son; las relaciones laborales, vecinales o familiares, la presión y competitividad laboral, las responsabilidades sociales, laborales o familiares, etc.
La felicidad es un estado emocional en que tenemos una importante responsabilidad, de tal manera que podemos afirmar que nuestro gran reto vital, es el aprender a ser felices y compartir esa felicidad con los demás, manteniendo e incrementando experiencias comunes de emociones positivas.
Resiliencia
En 1999, los psicólogos Martin Seligman y Christopher Peterson acometieron un ambicioso proyecto de investigación para identificar las fortalezas personales que eran más compartidas por todas o casi todas las culturas.
La resiliencia se explica como un compendio de esas fortalezas personales necesarias para una adaptación y resolución adecuada de situaciones y circunstancias adversas.
Diversas investigaciones han demostrado su correlación directa con emociones positivas tales como la satisfacción con la vida y el bienestar subjetivo (Coronado-Hijón, 2021).
La fortaleza y competencia resiliente se ubica concretamente dentro del ámbito de la psicología positiva en el terreno de la inteligencia emocional, entendida esta como la capacidad de las personas para ver, comprender y regular sus emociones y las de los demás, favoreciendo la adaptación emocional y social (Coronado-Hijón, 2021).
En una revisión de estudios sobre la competencia resiliente, la psicóloga Edith Henderson Grotberg, destacó ocho evidencias comunes en esas investigaciones, entre las que destacamos aquí, que:
- La competencia resiliente evoluciona ligada al desarrollo y el crecimiento humano, con las consiguientes características contextuales de cada edad.
- La promoción de factores resilientes puede ser facilitada por estrategias formativas.
- La competencia resiliente puede ser un buen índice del bienestar y la calidad de vida de las personas.
Desde las primeras investigaciones centradas en la resiliencia infantil y académica (Coronado-Hijón, 2017), nuevas líneas de investigación han ido surgiendo con un carácter marcadamente psicosocial, a todo el ciclo vital de las personas.