Personas egoístas: ¿Cómo identificarlas?
Dicen que todos somos egoístas en algún grado debido a que el egoísmo forma parte de la naturaleza humana. Suele relacionarse con el instinto de pensar en nuestro propio bienestar para garantizar la supervivencia. Por esa razón, no es algo malo que de vez en cuando tengamos comportamientos egoístas. Sin embargo, cuando hablamos de personas egoístas, nos referimos a individuos que llevan estas conductas a puntos extremos.
Siguiendo esta línea, aprender a identificar a este tipo de gente puede ser de ayuda para saber qué podemos esperar de ellos. Asimismo, es útil para comprender mejor cómo interactuar con ellos e incluso, darnos cuenta de cómo somos egoístas nosotros mismos.
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¿Cómo son las personas egoístas?
Cuando nos hablan de egoísmo, lo primero que suele venir a nuestra mente es la imagen de una persona que solo piensa en sí mismo. Esta persona solo se preocupa por su bienestar y solo da importancia a otros cuando esto le supone algún beneficio. Muchas veces se trata de gente sociable con muchos amigos y familia, pero su entorno no se da cuenta de su conducta o la toleran. A continuación, veremos los rasgos más resaltantes de un individuo egoísta.
1. Falta de empatía
Alguien egoísta tiene dificultades para sentir empatía por los demás, es decir, les cuesta pensar en sentimientos o necesidades ajenas a las suyas. Incluso aunque les expliques cómo te sientes o cómo su comportamiento te afecta, será complicado de entender para ellos. Esto se debe a que tienen la costumbre de siempre anteponer su propio bienestar antes que el de otros.
2. Abordan las interacciones sociales como una transacción
Las relaciones sociales son una necesidad de la especie humana porque la cooperación se asocia con la supervivencia. Cuando interactuamos con los demás, experimentamos sentimientos como la alegría, amistad y amor, lo que nos lleva a pensar en el bien de otros. Sin embargo, las personas egoístas tienen problemas para desarrollar vínculos cercanos con los otros porque eso no les trae beneficios.
Al momento de interactuar con otros, el individuo egoísta siempre piensa en la relación como un intercambio entre ambas partes. Ellos no van a entregar nada si la otra persona tampoco les ofrece algo que consideren valioso. Esto puede ir desde recursos como el dinero u objetos materiales hasta experiencias satisfactorias como recibir afecto para no sentirse solos.
3. La ley del costo mínimo
Continuando con lo anterior, algo que debemos saber sobre la gente egoísta es que siempre aplican la ley del costo mínimo. Esto significa que planifican sus acciones de modo cuidadoso para que les suponga el menor esfuerzo o costo posible. Por ejemplo, si le pides a un individuo egoísta que te de un aventón al trabajo, no lo hará sin interés. Es probable que solo acceda si tu casa le queda cerca o si está por la ruta en la que se dirige.
En cualquier situación, las personas egoístas constantemente evalúan los costos y beneficios que pudieran obtener. Si hacer algo por otro trae más esfuerzo que satisfacción, entonces lo más probable es que se rehúse a hacerlo.
4. Dificultad para compartir
Otra forma sencilla de identificar a un individuo egoísta es ver cómo reaccione cuando se le pide compartir. El egoísta intentará acaparar los recursos que posee porque en algún momento puede que los necesite, incluso si es algo mínimo. Imaginemos una situación donde estás conversando con una persona egoísta y ves que él está comiendo chicle. Si le pides uno, lo más seguro es que te mienta diciendo que ya se le acabaron o que de plano se niegue.
Lo mismo ocurre en situaciones donde se les pide prestado algo como un lápiz o un libro. El individuo egoísta encontrará o inventará cualquier excusa para no tener que despojarse de eso. Para ellos, prestar algo significa correr el riesgo de que ese objeto nunca regrese a sus posesiones. Además, ¿por qué habría de entregarlo sin recibir nada a cambio?
5. Egocentrismo
El egocentrismo y el egoísmo tienden a ir de la mano la mayoría del tiempo. Alguien que es egoísta también tendrá una imagen de sí mismo demasiado elevada, llegando a creer que es mejor que los demás. Es común que las personas egoístas pasen mucho tiempo hablando de sí mismos y no tengan paciencia para escuchar a los demás.
¿Las personas egoístas nacen o se hacen?
Es común escuchar a las personas decir que los seres humanos somos egoístas por naturaleza porque es nuestro instinto preservar nuestra integridad. Si bien el instinto de supervivencia es real y natural, la realidad respecto al egoísmo parece ser otra. En 2012, Martin Nowak y Joshua Greene de la Universidad de Harvard realizaron un experimento para comprobarlo.
A los participantes del estudio se les daba una cierta cantidad de dinero. Luego, se les daba la opción de depositar parte del dinero en un fondo común que se multiplicaría y sería distribuido equitativamente con todos los demás. No obstante, también tenían la opción de no contribuir al fondo y aun así recibir una parte equitativa de los fondos. Los resultados demostraron que la mayoría de las personas optaron por contribuir al fondo común, aun cuando podían ganar dinero sin hacerlo.
Más adelante, se introdujo una variable al experimento: el tiempo. A un cierto número de los participantes se le dio un tiempo corto para decidir si contribuir o no. Mientras que a los otros se les dio espacio para considerar ambas opciones con cuidado. En este caso, se comprobó que aquellos que tenían menos tiempo para decidir, terminaban contribuyendo más al fondo común.
A partir de estos experimentos se puede decir que el egoísmo no es una cuestión innata. Si así fuera, las personas que tuvieron menos tiempo para decidir hubieran elegido no contribuir. Pero, en una situación donde debían usar el instinto, eligieron compartir parte de sus recursos.
En conclusión, las personas egoístas son fácilmente identificables porque su comportamiento siempre se centra en los beneficios personales. Si es algo es inconveniente para ellos, no lo harán, aunque eso suponga hacer el bien para otros. Es importante señalar que quienes tienen este tipo de conducta no son esencialmente malos porque se trata de algo aprendido.