
Por amarte a ti, me olvidé de mi
No pierdas tu esencia por amar a otro; quien realmente te ama te ayudará a ser más tú, no menos.
Amar es un acto maravilloso, pero a veces, en nuestro deseo de cuidar, proteger y complacer a nuestra pareja, cruzamos un límite invisible: comenzamos a priorizar tanto al otro que olvidamos nuestras propias necesidades, deseos y sueños. Este fenómeno, aunque aparentemente nace del amor, puede llevarnos a una desconexión profunda con nosotros mismos, afectando tanto nuestra autoestima como la relación que pretendemos proteger. En lo positivo, amamos como nos gustaría que nos amaran. En lo negativo, el mensaje es muy claro, sino no hay una reciprocidad en la forma de amar: “Tú vales todo, yo nada o casi nada”. Incluso no está mal entregarse en cuerpo y alma a la pareja, si en correspondencia la pareja hace lo mismo por nosotros: ambos sumamos para el bienestar del otro. Cuando esta conducta se hace solo de un lado de la relación, se vuelve: tóxica, asimétrica y desproporcionada.
«De tanto amar a mi pareja, dejé de amarme a mí mismo» es una frase que resuena en muchos que, al mirar atrás, descubren que sacrificaron partes esenciales de su identidad en nombre del amor. La presente reflexión gira sobre las señales de alerta, las consecuencias emocionales y cómo reencontrarnos con nosotros mismos sin renunciar al amor hacia nuestra pareja. ¡Porque amar al otro nunca debería implicar olvidarnos de nosotros mismos!
A través de casos hipotéticos y consejos prácticos, exploraremos cómo lograr un equilibrio saludable entre el amor por nuestra pareja y el amor propio, recordando que el cuidado mutuo siempre comienza con el cuidado de uno mismo.
Factores psicológicos, sociales y culturales
Amar a alguien no debería implicar renunciar a tus sueños, sino inspirarte a perseguirlos aún más.
A través del equipo del programa “Las parejas disparejas en radio”, que conducen los doctores Fidelia Martínez y Juan Antonio Barrera, en la ciudad de México, analizaron los factores cualitativos de las relaciones asimétricas en el amor, donde uno de los amantes pierde el amor propio por vaciarse en entregarse en cuerpo y alma a la pareja.
Este fenómeno no tiene un origen único, pero está profundamente enraizado en factores psicológicos, sociales y culturales que moldean la forma en que las personas entienden el amor y las relaciones.
A continuación, se exploran los principales aspectos que han contribuido a su desarrollo:
1. Factores Psicológicos
- Baja autoestima: Las personas con una autoestima debilitada suelen buscar en su pareja la validación que no encuentran en sí mismas, llegando a priorizar las necesidades del otro sobre las propias para sentirse valoradas.
- Miedo al abandono: El temor a ser rechazado o quedarse solo lleva a muchas personas a hacer sacrificios desmedidos, creyendo que esto asegurará la permanencia de la relación.
- Dependencia emocional: Este patrón psicológico implica que la felicidad y el sentido de identidad de una persona dependen en gran medida de su pareja, dejando de lado sus propios deseos y necesidades.
- Idealización de la pareja: La tendencia a poner a la pareja en un pedestal puede hacer que alguien priorice completamente las necesidades del otro, percibiendo sus propios deseos como menos importantes o irrelevantes.
- Patrones aprendidos en la infancia: Crecer en un entorno donde el amor estaba condicionado o donde se valoraban más las necesidades de otros que las propias puede predisponer a repetir estos comportamientos en la adultez.