¿Qué es el hombre masa?
Desde la muerte de Ortega y Gasset, cientos de personas han investigado y hablado sobre sus obras, incidiendo en la afirmación de Ortega y Gasset de que hay que defender y salvar la cultura. A lo largo de sus obras, siempre repetirá esa instancia, además del deseo constante de una unidad de cultura como una necesidad. Ante esta necesidad, se impone el villano para Ortega: el hombre masa, que podemos ver detalladamente en su obra «La rebelión de las masas».
En este artículo veremos profundamente en qué consiste el concepto de hombre masa, además de sus orígenes, principales implicaciones, características y posibles «soluciones», según Ortega y otros reconocidos filósofos y autores, ante esta gran problemática que cada vez individualiza y deshumaniza más al ser humano.
Cabe destacar que el concepto lo comenzó y acuñó Ortega y Gasset (aunque a lo largo de la historia muchos filósofos se hayan acercado a dicho concepto de una u otra forma), pero tras su obra, numerosos escritores y prestigiosos estudiosos han vuelto a traer y desarrollar dicho concepto, por lo que no solamente mencionaremos y citaremos al gran filósofo, sino que iremos pasando por otros autores que afirman la posición de Ortega y añaden más descripciones e ideas a su tesis (Cantaro, 1956).
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El hombre masa
El hombre masa es el hombre de su tiempo, que no mira ni tiene pasado, a quien la vida le parece sencilla y siente el control de la realidad que le rodea, sin estar, según él, sometido a nada ni a nadie (Ortega y Gasset, 1964). Es el tipo de persona que más presente está en la actualidad, amenazando por conquistar a todo el mundo. Es un tipo hecho de prisa, idéntico ya sea en Europa que en Australia, siendo él el culpable de la tristeza y monotonía que amenaza a todo el mundo.
El hombre masa es la persona previamente vaciada de su propia historia, sin entrañas de pasado y, por lo mismo, dócil a todas las disciplinas llamadas internacionales. Más que un hombre, es sólo un caparazón que carece de un «dentro», de una intimidad suya, inexorable e inalienable, de un yo que no se puede revocar. Tiene sólo apetitos, cree que tiene sólo derechos y no cree que tenga obligaciones (Ortega y Gasset, 1964, p. 68).
Esta persona de la que estamos hablando es la persona cuya vida no tiene proyectos y va a la deriva y, por ende, no construye nada, aunque sus posibilidades y poderes sean enormes (Cantaro, 1956). Este tipo de persona es la que decide nuestro tiempo, por lo que es de gran importancia analizar detalladamente su personalidad, carácter y características principales. El hombre que está en el frente de la existencia humana en la actualidad es muy diferente al que dirigió en los siglos XVIII y XIX, pero en estos siglos se comenzó su preparación y producción.
Los hombres masa buscan una vida fácil y cómoda, no aspiran a desarrollarse y su poder lo multiplican mediante su unión en una masa (Ortega y Gasset, 1964). Además, los hombres masa están librados de la responsabilidad, ya que su comportamiento se ve como una reacción, no acción. Podemos destacar entonces dos aspectos psicológicos principales de la mente de este tipo de hombre:
- Libre expansión de sus deseos vitales y de su persona
- Una gran ingratitud hacia todo y todos los que han hecho posible la sencillez de su existencia.
Como vemos, ambos rasgos son perfectamente compatibles, por no decir iguales, de lo que todos conocemos como «niño mimado«, siendo este término para los grandes filósofos una denominación nada equivocada para este tipo de personas, ya que se ve con solamente mirar a través del alma de las masas (Ortega y Gasset, 1964).
El hombre masa es todo aquel humano que renuncia a la custodia de su propia humanidad. Un rasgo esencial es el desprecio por su propia autonomía. Es un humano desmoralizado que desecha la posibilidad de construirse desde la exigencia, que acepta la actual versión de sí mismo sin interrogarse por su mejor versión posible.
El hombre selecto
En contraposición al concepto que acabamos de ver, está el concepto acuñado tanto por Nietzsche como por Ortega de hombre selecto. Ambos grandes filósofos coinciden en que éstos son individuos creativos y fuertes que acumulan y exigen mucho sobre sí mismos y sus dificultades (Bennato, 2004). Los hombres selectos se oponen a las costumbres y hábitos, y son ellos los que establecen los verdaderos valores de la sociedad.
En el caso de este tipo de individuos, es crucial el papel de la responsabilidad y de la toma de decisiones, ya que ellos, al contrario que el hombre masa, sí que optan y eligen por sí mismos, por lo que deben ser capaces de asumir la responsabilidad (Havlasová, s.f).
El hombre selecto tiene iniciativa personal, asume su lugar en la historia y la sociedad y sobre todo trata de desarrollar al máximo todas sus capacidades. Asume su misión histórica de mejorar la sociedad y el tiempo que vive, ajeno a todas las estrategias de manipulación, las modas o los movimientos de masas.
“El hombre selecto no es el petulante que se cree superior a los demás, sino el que se exige más que los demás, aunque no logre cumplir en su persona esas exigencias superiores (Ortega y Gasset, 1964, p.106).”
Conclusiones
Uno de los conceptos más importantes del hombre masa que desarrolla Ortega es que «carece de pasado, está vaciado de su propia historia«. Con esto se quiere referir a que no tiene en cuenta el pasado; no piensa en que todo lo que tiene es gracias a lo que otras generaciones pasadas han conseguido y construido. Piensa que todo viene así por él, porque se lo merece. Además, no tiene en cuenta los errores del pasado para no volver a repetirlos en el presente, ya sea en revoluciones, guerras o terribles actos cometidos en el pretérito.
Uno de los mayores fallos en la historia de la humanidad y en la actualidad sobre todo es no tener en cuenta que somos lo que otros nos han dejado y han querido que seamos. Somos lo que otros, en el pasado, han cultivado. Cada generación que pasa nos damos cuenta de que tenemos menos conocimientos de historia, siendo lo que somos por ella, ya que la civilización, al contrario que la naturaleza, ha sido creada y desarrollada por otras personas en el pasado.
También se incide en el concepto del arte y la influencia de ambos tipos de hombres en él (Giskin, 1985). El hombre selecto es quien crea el arte verdadero, y además tiene el sentido estético que le permite entender y apreciar obras de arte. En contraste, la mayoría de la gente, la masa, no crea nada y no entiende. Para Nietzsche, cuando el arte llega a estar en manos de la masa, la sociedad se encuentra en estado de decadencia.