
¿Qué es el hombre masa?
El hombre masa
El hombre masa es el hombre de su tiempo, que no mira ni tiene pasado, a quien la vida le parece sencilla y siente el control de la realidad que le rodea, sin estar, según él, sometido a nada ni a nadie (Ortega y Gasset, 1964). Es el tipo de persona que más presente está en la actualidad, amenazando por conquistar a todo el mundo. Es un tipo hecho de prisa, idéntico ya sea en Europa que en Australia, siendo él el culpable de la tristeza y monotonía que amenaza a todo el mundo.
El hombre masa es la persona previamente vaciada de su propia historia, sin entrañas de pasado y, por lo mismo, dócil a todas las disciplinas llamadas internacionales. Más que un hombre, es sólo un caparazón que carece de un «dentro», de una intimidad suya, inexorable e inalienable, de un yo que no se puede revocar. Tiene sólo apetitos, cree que tiene sólo derechos y no cree que tenga obligaciones (Ortega y Gasset, 1964, p. 68).
El hombre selecto
En contraposición al concepto que acabamos de ver, está el concepto acuñado tanto por Nietzsche como por Ortega de hombre selecto. Ambos grandes filósofos coinciden en que éstos son individuos creativos y fuertes que acumulan y exigen mucho sobre sí mismos y sus dificultades (Bennato, 2004). Los hombres selectos se oponen a las costumbres y hábitos, y son ellos los que establecen los verdaderos valores de la sociedad.
En el caso de este tipo de individuos, es crucial el papel de la responsabilidad y de la toma de decisiones, ya que ellos, al contrario que el hombre masa, sí que optan y eligen por sí mismos, por lo que deben ser capaces de asumir la responsabilidad (Havlasová, s.f).
El hombre selecto tiene iniciativa personal, asume su lugar en la historia y la sociedad y sobre todo trata de desarrollar al máximo todas sus capacidades. Asume su misión histórica de mejorar la sociedad y el tiempo que vive, ajeno a todas las estrategias de manipulación, las modas o los movimientos de masas.
“El hombre selecto no es el petulante que se cree superior a los demás, sino el que se exige más que los demás, aunque no logre cumplir en su persona esas exigencias superiores (Ortega y Gasset, 1964, p.106).”