
Qué es la autocompasión y por qué es tan importante practicarla
¿Por qué necesitamos autocompasión?
Estamos acostumbrados a autoexigirnos un nivel de perfección tan irreal que nos resulta difícil tratarnos con indulgencia y comprensión. Esto es algo que solemos hacer normalmente cuando reconfortamos a otras personas que tienen problemas, pero que pocas veces hacemos con nosotros mismos. Tendemos a castigarnos cuando nuestras circunstancias no son satisfactorias y a culparnos por cada error cometido, aunque sean errores comunes.
Practicar la autocompasión es beneficiosa psicológica y emocionalmente. Consigue que nuestra ansiedad disminuya y que nuestra autoestima aumente, así como que consigamos lidiar mejor con los problemas. Se trata de dejar de castigarnos y ser amables con nosotros mismos. De comprender que somos humanos y que errar forma parte de nuestro aprendizaje. Esto consigue disminuir los sentimientos negativos que desembocan en estados graves como la depresión.
Cómo practicar la autocompasión
Para practicar la autocompasión no basta con proponérselo, también hay que entrenar. Para ello existen tres componentes principales que deben ser tenidos en cuenta para conseguir este estado beneficioso:
- Practicar la bondad con uno mismo: Se trata de entrenarnos para ser amables con nosotros mismos incluso cuando más tendemos a criticarnos. Por ejemplo, cuando tenemos un problema solemos pensar cosas como “por qué me ocurre esto a mí, todos los demás son felices menos yo”. Este tipo de pensamiento negativo es una distorsión cognitiva que hace que lo veamos todo desde una perspectiva poco realista y autocrítica. ¿Y si cambiamos este tipo de afirmaciones automáticas por otras como “todos fallamos de vez en cuando”? Esto puede conseguirse con técnicas como la reestructuración cognitiva, que se basa en cambiar los patrones de pensamientos disfuncionales y automáticos por otros más realistas y beneficiosos.
- Enfrentar el problema: Evitar o esconder los problemas consigue que nos sintamos impotentes ante las circunstancias y nos culpemos a largo plazo de hechos a los que no nos atrevemos a enfrentarnos. Algunos expertos afirman que practicar la atención plena o el mindfulness consigue que las personas se focalicen en el aquí y el ahora y dejen de evitar aquello que les preocupa.
- Reconocer nuestras imperfecciones: Vivimos en una sociedad competitiva en la a veces parece que se espera que demos el 100% en todo lo que hacemos. Esto puede estar tan instaurado en nuestro comportamiento que finalmente somos nosotros mismos los que nos autoexigimos la perfección absoluta. Algo que es completamente irrealizable. Ser conscientes de ello y aceptar nuestras limitaciones nos permite relajarnos y sentirnos bien con nosotros mismos incluso siendo imperfectos.