
Ser una persona más paciente: consejos para lograrlo
La paciencia, una cualidad más que necesaria
Siguiendo a la Real Academia Española, la paciencia es definida como “la capacidad de sufrir y tolerar desgracias y adversidades o cosas molestas u ofensivas, con fortaleza, sin quejarse ni rebelarse”. Analizando esta definición, ya puede darnos un muy buen pantallazo acerca de por qué es una cualidad realmente necesaria. Ser pacientes implica fortaleza para soportar dificultades sin dejarse sobrepasar por ellas. Esto, por supuesto, es beneficioso en todos sus aspectos, tanto en relación con el propio desarrollo individual como para la vida social
La paciencia nos vuelve más resistentes a la duda y la incertidumbre, las grandes compañeras de la ansiedad. Además, nos predispone de mejor forma para tolerar la frustración. La paciencia es espera, es resistencia, constancia y perseverancia. Es caer, levantarse y volver a empezar sin por ello perder el sueño. Como podrás ver, es una cualidad que a cualquiera beneficia. Por ese motivo, en este artículo, revisaremos cuestiones relativas a la cualidad de la paciencia, brindándote consejos sobre cómo desarrollarla. Alcanza tu máximo potencial, sé más paciente para vivir mejor contigo y con el resto de las personas.
¿Qué beneficios trae ser una persona paciente?
Ahora bien, si en este artículo revisaremos algunos consejos para lograr convertirse en personas más pacientes, será conveniente primero llevar adelante una revisión de por qué deberías serlo. Enumeraremos ahora algunos de los beneficios que conlleva la paciencia.
1. Reducirás el estrés
Tener paciencia nos vuelve más tolerantes, en términos generales. El estrés es una sensación de tensión física o emocional. Por lo tanto, el hecho de ser más pacientes, reduce nuestra propensión a estar tensos. Esto nos disminuye los niveles de estrés, lo que implica una mejor conservación de nuestra salud. Altos niveles de estrés pueden llevar no solo a problemas emocionales, sino también a enfrentar problemáticas físicas, como la hipertensión o accidentes cerebrovasculares en sus casos más extremos.
2. Tomarás mejores decisiones
Contar con más paciencia ayudará a que pienses las cosas de una forma más racional u objetiva antes de llegar a una decisión. La tensión podría llevarte a decidir algo por impulso, o para “sacártelo de encima”. También, se sabe que el nerviosismo nos sesga e impide pensar con claridad. Ser más paciente beneficiará tu capacidad de reflexión y, al final del día, llegarás a mejores elecciones.
3. Podrás prestar mejor atención
La impaciencia en muchas ocasiones genera estados ansiosos. Durante cuadros de ansiedad nos es casi imposible centrarnos en el presente. Justamente en ellos nos focalizamos en el futuro (por lo general en escenarios imaginarios y extremadamente dramáticos) y esto nos impide poner foco en aquello que transcurre en este momento, en el presente y en la realidad. Por ello, ser más pacientes y tolerantes hacia la incertidumbre, hará posible que mantengas un estado de atención sostenida mucho más eficiente, sin distracciones producto de la ansiedad.
4. Lograrás lo que te propongas, gracias a la perseverancia
Ser más paciente equivale a ser perseverante. Esto quiere decir que, una persona de estas características, tolerará mejor la frustración y, cuando algo salga mal, sabrá volver a intentarlo. De eso se trata ser perseverante, caer y volver a empezar. Es este el secreto para lograr aquello que deseas. Si no sale bien a la primera, vuelves a probar cuantas veces sea necesario. Esa es una de las virtudes de la paciencia.