¿tenemos dobles no familiares?
¿Qué es un doppelgänger?
El término doppelgänger proviene del alemán y significa «doble andante» o «doble caminante». Se refiere a la aparición de una persona idéntica a otra, aunque no haya relación de parentesco entre ellas. A lo largo de la historia, la idea de encontrarse con un doble ha sido vista como un presagio o un fenómeno inquietante, aunque en la actualidad se considera más una coincidencia curiosa que un suceso místico. La aparición de las redes sociales ha facilitado la identificación de estos dobles, pues ahora es más fácil que nunca compartir imágenes y compararlas, lo que ha llevado a un creciente interés por estudiar este fenómeno.
El estudio: más allá de la apariencia física
Un reciente estudio liderado por el investigador Manel Esteller, publicado en la revista Cell Reports, ha llevado la discusión sobre los doppelgänger a otro nivel. El equipo de investigación se enfocó en analizar no solo las similitudes físicas entre dobles no relacionados, sino también las similitudes genéticas y de estilo de vida.
La investigación partió de una selección de 32 pares de personas identificadas como dobles. El equipo utilizó un programa de reconocimiento facial para medir el grado de similitud en sus rostros, y los resultados fueron sorprendentes: no solo estos individuos compartían características físicas casi idénticas, sino que también presentaban coincidencias genéticas. Específicamente, los dobles mostraban patrones similares en secuencias del ADN que influencian la forma de la cara, el color del cabello y otros rasgos fenotípicos.
Más allá de las similitudes genéticas
Los investigadores descubrieron que los doppelgänger no solo compartían características físicas, sino que su ADN tenía ciertas coincidencias. Esto sugiere que existen combinaciones genéticas limitadas que pueden dar lugar a la aparición de personas que, sin estar relacionadas, parezcan ser gemelos. Es importante destacar que los genes que regulan la forma del rostro y otros rasgos físicos fueron los más coincidentes entre los dobles estudiados.
Sin embargo, no solo la genética jugó un papel importante. Los hábitos de vida y el entorno también fueron factores relevantes en esta ecuación. En algunos casos, los dobles no solo compartían una genética similar, sino que también llevaban estilos de vida parecidos: sus trabajos, sus hobbies e incluso sus preferencias alimenticias mostraban más coincidencias de lo esperado. Esto nos lleva a pensar que hay más conexiones entre nosotros de las que somos conscientes, y que nuestro entorno y comportamiento podrían tener un papel significativo en la creación de estas similitudes.
La importancia de los entornos compartidos
Es interesante señalar que, a pesar de las similitudes genéticas, los estudios mostraron que la genética no es el único factor responsable. En muchos casos, los dobles habían vivido en entornos que también presentaban paralelismos, lo que podría haber moldeado ciertas decisiones de estilo de vida y comportamientos. Por ejemplo, algunos compartían el gusto por el ejercicio físico regular o tenían ocupaciones profesionales similares, lo que sugiere que las experiencias de vida podrían influir en la forma en que nuestros rasgos y comportamientos se desarrollan.
La influencia del entorno es un punto clave en este estudio. La ciencia ha debatido durante mucho tiempo la relación entre naturaleza y crianza (nature vs. nurture), y este estudio refuerza la idea de que ambos factores están entrelazados. Las condiciones del ambiente en que nos desarrollamos pueden influir en cómo ciertos genes se expresan y, en consecuencia, en las características que exhibimos. Esto podría explicar por qué los dobles no solo se parecen físicamente, sino que también comparten patrones de comportamiento.
Implicaciones para la ciencia forense y la genética
El descubrimiento de que personas no relacionadas pueden compartir tantas similitudes genéticas abre nuevas posibilidades para la investigación forense y genética. En el ámbito de la ciencia forense, los sistemas de reconocimiento facial podrían verse afectados por estos hallazgos, ya que dos personas con identidades completamente separadas podrían ser confundidas en base a su apariencia.
Además, este estudio plantea preguntas interesantes sobre la posibilidad de predecir características físicas y comportamentales a partir de combinaciones genéticas específicas. Si bien la genética nunca podrá ofrecer un 100% de predicción sobre la apariencia o el comportamiento de una persona, este tipo de investigaciones ayudan a comprender mejor la compleja interacción entre nuestros genes y el ambiente en el que vivimos.
