¿Tienes sobrepeso mental?

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Emociones y sobrepeso

Una persona me consultó a qué se debía que se fijara con frecuencia e insistencia en sujetos obesos. Aquellos individuos le llamaban la atención y sentía repugnancia al observarlos. Por lo regular, este tipo de sensaciones, desde el punto de vista emocional, tienen relación con el individuo afectado, lo cual no parecía evidente en este caso; puesto que la persona nunca había sufrido sobrepeso, ni nadie de su familia, ni tampoco recordaba acciones traumáticas o estresantes con sujetos obesos.

El anterior caso es precisamente el que me dio pie para reflexionar acerca de tema. El consultante no sufría de sobrepeso físico, pero sí de sobrepeso mental. Se trataba de un individuo que generaba pensamientos en exceso. Algunos dirán: pero si todos los seres humanos vivimos pensando. Y efectivamente así es. La diferencia estriba en que dichas personas generan demasiada elocuencia mental que no lleva a ninguna parte. En otras palabras, pensamientos en su mayoría, “basura”. Una serie de ideas, imaginaciones, juicios, disertaciones, etc., que no representan beneficios, ni aportes, ni conocimiento, ni información. Además, no son inconscientes, por el contrario, son muy conscientes.

Nuestros procesos mentales

En la mente consciente se llevan a cabo los procesos intelectuales superiores, el desarrollo social, el proceso racional de entendimiento y análisis, la planificación, la habilidad de idear experiencias futuras y la creatividad mediante la imaginación. Gracias a la mente, los grandes avances de la humanidad son posibles. Los pensamientos son la unidad básica de la mente. Del uso que le demos va a depender nuestro resultado de vida.

El resultado de vida de las personas se mide por la calidad de los pensamientos (conscientes e inconscientes) que cruzan por su cabeza. Y aunque el 95% de los procesos mentales son inconscientes, si el 5% que equivale a los procesos conscientes (los pensamientos que somos capaces de identificar), no es utilizado en procura de conocer los inconscientes, de ser creativos, de aprender y cambiar, quedaremos a expensas de la total inconsciencia, automatizados y dormidos, muertos en vida.

No son pensamientos “basura” los que provienen de la mente inconsciente, por ejemplo: los trágicos, negativos o catastróficos. Estos perjudican a la persona y la inducen a despertar los miedos e inseguridades, se producen sin que el sujeto los identifique. Como dicho pensamiento existe un sinnúmero, que, si son reconocidos, pueden ser cambiados; llevando al autoconocimiento, a una verdadera transformación o sanación. Los pensamientos “basura” son inútiles, innecesarios, carentes de aporte y ocasionan un gran desgaste energético y la ralentización de los procesos mentales conscientes.

Tipos de pensamiento basura

1. Críticos

Hace poco leí una frase que decía: “La persona que menos critica es aquella que posee mayores virtudes”. Esta frase expresa que cuando se tacha, se condena, se murmura o reprocha a otra persona, situación o entidad, lo que se está evitando es contactar con su propia desvalorización, sus conflictos o autoestima. Los individuos que aprenden de los demás, de cualquier evento o contexto, asumiendo su responsabilidad en la proyección de los hechos, potencian sus virtudes.

2. La lástima

Escribí en anteriores artículos la diferencia entre la compasión y la lástima. Esta última, está relacionada con el victimismo, lo cual representa que es inservible para lograr algún cambio personal, familiar o social. Son pensamientos “basura” que engordan la mente, ya que en realidad se corresponde con un ego elevado, no sirven, no ayudan a la víctima, más bien es una auto-proyección de la propia lástima o culpa.

Por ejemplo, si vemos a un pordiosero y sentimos lastima por el sujeto y nos atormentamos con pensamientos derrotistas, de frustración o impotencia, lo único que estaremos consiguiendo es reforzar la situación de la víctima y/o nuestra propia lastima.

3. Los supuestos

Me sorprendí tiempo atrás, pensando en cambiar la decoración de los lugares que visitaba. Me imaginaba dónde quedaría mejor el cuadro, la mesa o el objeto y suponía como se vería a mi manera. Esto es un ejemplo de pensamientos desgastantes, ya que no podía modificar nada. Otro tipo de supuesto se da cuando se conjetura o se pretende adivinar lo que los otros piensan o dicen de nosotros o de otros, esto sí que es un pensamiento basura. No sabemos muchas veces lo que pensamos ¿cómo pretendemos saber lo que piensan los demás?

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