La paradoja de Teseo: 4 puntos importantes

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La paradoja de Teseo: una duda sobre la esencia

La paradoja de Teseo también surgió porque los filósofos griegos, entre ellos Aristóteles, cuestionaban muchas cosas de la realidad, sin darlas por sentado o afirmarlas sin haberlas analizado antes.

Por ejemplo, se cuestionaban acerca del todo, las partes, la nada, la esencia de las cosas, la existencia, la diferencia entre materia y forma, entre otras cuestiones.

Por ello, tiene lugar esta gran paradoja que nos invita a reflexionar incluso sobre nosotros mismos y preguntarnos si, pese al tiempo, la regeneración celular y cambio de pensamientos, todavía somos los mismos, o si somos otras personas.

¿Hemos cambiado?, ¿podemos definirnos de la misma manera en la que nos definíamos hace 10 años?, o ¿somos personas diferentes? La forma en la que por muchos siglos se ha intentado resolver la paradoja de Teseo también puede ayudarnos hoy día.

Pues, algunos estudios señalan que esta paradoja está relacionada también con el concepto de identidad y que, al final, Teseo significa “el que funda” y en eso todos tenemos una responsabilidad, en la medida que nos definimos y conformamos nuestro ser.

La paradoja de Teseo: una duda existencial

La paradoja de Teseo también podríamos abordarla como una duda existencial, en cuanto a que nos interroga sobre qué es aquello que hace único a una cosa o persona, ¿tiene el barco una esencia, o algo que no se puede modificar pese al tiempo?

¿Tiene el barco –o tenemos nosotros- algo que lo hace único, a pesar de todas las piezas rotas que con el tiempo se le fueron añadiendo?, o ¿es un barco completamente nuevo y diferente al anterior?

Entre las posibles soluciones, tienen mayor prominencia las ideas propuestas por Aristóteles.

Posibles soluciones a la paradoja de Teseo

Para Aristóteles, hay cuatro causas que pueden responder a esta paradoja, y son las siguientes:

  1. La causa formal: es decir, la forma o diseño que tiene una cosa.
  2. La causa material: o la materia con la cual está hecha la cosa.
  3. La causa final: el propósito o fin con el que se ha construido la cosa.
  4. La causa eficiente: quién hizo la cosa y cómo la hizo.

Atendiendo estas cuatro causas de Aristóteles, se ha tratado de afirmar que, el barco de Teseo¸ en cuanto a su causa formal, puede ser el mismo, ya que el diseño no cambia, aun cuando los materiales sean otros.

Siguiendo la causa final, el barco también podría tratarse del mismo, ya que su función continúa siendo la misma: trasladar a Teseo, incluso si la causa material se ve afectada con el transcurrir del tiempo.

En cuanto a la causa eficiente, también se podría decir que los artesanos que construyeron el barco utilizaron las mismas herramientas cuando hicieron los reemplazos.

Pero, no todo es tan sencillo…. ¿verdad?

“Lo mismo”: otra interrogante

Pese a que se atienden todas las causas propuestas por Aristóteles, la paradoja del barco de Teseo continúa planteando interrogantes.

Hay quienes han tratado de resolver esta paradoja remitiéndose al concepto de “lo mismo”, ¿qué es lo mismo? Pero, para ello habría que preguntar primero qué hace diferente a una cosa o persona.

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